Joaquín torres, el arquitecto de los famosos, acude a La Noria, se habla de cifras millonarias, de Bardem, de Cristiano Ronaldo. De repente el presentador, Jordi González, pregunta si le haría una casa a Belén Esteban. Con un cierto apuro, pero saliendo del paso, el arquitecto contesta que él hace casas a todo el que se las pague, pero pasa la pelota al tejado de la propia Esteban, diciendo que Esteban no querría una casa de las que él hace, que no es su estilo. Una forma muy ingeniosa a la par que elegante de rechazar un posible encargo de Belén, pero la pregunta iba destinada a poner en un aprieto al encumbrado arquitecto, y no consigue salir, de alabar es la sinceridad, ya que entre algodones pero el rechazo a un posible encargo es más que patente. Poco antes de la pregunta el propio arquitecto al oírse se sorprende de lo pijo que parece hablando, y es que si hablas como un pijo lo más seguro es que lo seas o lo quieras ser. Y sin duda es de pijos y de persona poco inteligente rechazar la idea de hacer una casa a quien sea, porque como decía el personaje interpretado por Weaver en "Armas de Mujer": "No quemes tus naves, los capullos de hoy son los magnates del mañana"-conste que no califico de "capullo" a Belén Esteban, pero en la consideración del arquitecto ella está cerca de esa categoría-, y quien sabe si pasada la moda de hacer tanatorios-hogar, venga una Belén Esteban o una Campanario y te haga un encarguito que te saque del dique seco.
En la entrevista salen varios ejemplos de la obra del afamado autor, que no entiendo qué hace en La Noria, pues ya es el arquitecto de los famosos, con semejante cartera de clientes y el boca-oreja consiguiente no necesita publicitarse. Llevo años viendo en ciudades y pueblos de España construcciones del corte Joaquín Torres, en forma de ambulatorios, tanatorios, y otros tantos edificios públicos de reciente construcción. Siendo realistas, el aspecto de una casa por fuera tiene poca importancia, pues lo que en realidad importa es el interior, pero puesto a gastarse uno nueve millones en una casa, sería de agradecer que no se asemejase a un tanatorio municipal, porque puede pasar, es un caso extremo que un chofer novato de una funeraria se confunda y acabe dejando féretros a la puerta. Y no es que desde aquí se arremeta contra la arquitectura moderna, hay ejemplos muy ingeniosos de última tendencia que sí son gratos a la vista a la vez que funcionales, pero seguro que no son tan caros, y si lo son es porque la estructura y los materiales se emplean de un modo más funcional. Uno de los lemas de este tipo de arquitectura es que no rompe el paisaje como lo haría un típico chalet o mansión con tejado a aguas, pero lo cierto es que lo rompe mucho más, es como ver la veta de una cantera en mitad de la nada.
Por otro lado está el tema de que uno puede estar en la cima de la estética arquitectónica, pero está claro que el look que lucía el aclamado profesional no estaba en sintonía con su obra. Porque el fular al cuello en estas fechas debería tener una explicación más funcional que estética ya que desentonaba bastante, tal vez el señor estaba acatarrado o no habría podido cambiarse de camisa porque el cuello lo tenía aún negro por haber venido de supervisar una obra, o se había manchado de maquillaje o de bronceador ya que el señor está bastante moreno, un moreno obrero claro está, dado que debe estar a pie de obra para llevarla a buen término, dado el dineral que recibe. Sería también aconsejable que el señor Torres dado que gana lo que gana corrigiera el estropicio de su labio inferior tan poco natural.
Este post podría titularse: "Joaquín Torres no le haría una casa a Belén Esteban", pero su elegante respuesta, aunque no deja lugar a dudas obliga a titularlo de otro modo.