Hay gente que de forma inexplicable forja su
vida de un modo tal que siempre acaba abocado a algún desastre.
Si se casan su separación es segura, así como
si comienzan cualquier relación sentimental con fines a largo plazo.
Si tienen un hijo su relación con él será
insuficiente o inexistente.
Si compran un coche tendrán que abandonarlo en
breve en el desguace más próximo debido a algún accidente.
No se trata de tipos torpes, de hecho tienen
habilidades notables. Y alguna deben tener para conservar su trabajo contra
viento y marea, pese al escuálido aseo exigido en su puesto, indumentaria
laboral en tela de juicio por estar rota o manchada, calzado que blanquea por
inanición de betún y falta de cariño de trapo y cepillo, aliento letal debido
no sólo a la falta de dentífrico, sino a sus hábitos alimenticios: su estómago
recibe más calorías vía alcohólica que vía lípidos. La potra que tienen estos
individuos tiene que ver con eso de que a pesar de tener rasgos sobresalientes
que en otra persona impulsarían a cualquiera a marginarlo, en él se ven como
travesuras. A quienes tienen que disciplinarle les da como pena, y acaban
pasándolo por alto muchas de sus meteduras de pata. Es como el niño bonito de
la clase, que pese a sacar cuatros siempre le suben nota al 5 pelado porque es
muy mañoso en Gimnasia y Manualidades, pese a ser un zoquete en todo lo demás.
La resistencia de este tipo de individuos es
inusitada, cualquiera en su lugar sucumbiría a la depresión cuanto menos. Pero
no, pasan por sus diversas catástrofes vitales como un tren por las estaciones
de su ruta.
Lejos de dar pena son tipos a los que se puede
ver cómicos, porque su misma actitud ante sus proezas vitales invita a verles
de ese modo. Y a pesar de todo se les podría admirar, sus escasas virtudes,
aunque notables, lo permitirían si no fuera porque el roce social y académico
lo ha atravesado sin dejar un solo poso, de modo tal que la sensación que
produce es la de estar ante un palurdo de manual, pese a haber sido criado
hasta su adolescencia en una gran ciudad, costera y turística por demás, tener
estudios medios y una profesión de años en la que para ejercerla la formación
es esencial. Su imán para las féminas dicho todo esto es inexplicable, pero lo
tiene. No a todas, pero a la mayoría sí, aunque sólo las de un tipo especial
son las que se lo llevan al catre, porque pese a parecer un tipo pasota y
echado para adelante él se deja conquistar, según cuenta a sus biógrafos no
oficiales: “él se deja hacer”, no tiene un criterio fijo de mujeres, amigas, si
tenéis dificultades para encontrar alivio éste es vuestro hombre, siempre está
dispuesto. Harry Calamidad no conoce de edades, pesos, estados civiles, razas,
religión, etc. Es un tipo universal que alivia a toda tipa viviente a poco que
esta pongo un poco de empeño y le entre. Da igual que tenga novia fija, él es
capaz de compatibilizar cuatro relaciones, recrearse en espectáculos ofrecidos
por los establecimientos de lucecitas y aún así seguir aceptando aventurillas
ocasionales.
A veces se encapricha de casos difíciles, tiene
antojo de mujeres casadas y en lugar de ser directos e intentar la conquista de
una manera frontal busca subterfugios con los cuales su presa sea más fácil.
Por ejemplo: si él sabe que el marido es infiel a su presa, él procurará que la
presa se entere para así él procurarle el modo de vengarse del marido y estar a
la par; pero ¡ah!, si el marido es fiel procura hacerlo caer en el pecado con
el fin de poner a la presa en situación de desear pecar con Harry Calamidad.
En otras ocasiones él es consciente del
peligro, intenta alejarse de relaciones que pueden comprometer su trabajo y su
integridad física, pero si la tipa es suficientemente pesada al final cae.
Si una tía de la categoría “novia formal” le
pilla con otra y le pega, a él le da igual, al cabo de los meses volverá con
ella, en lo que claramente se observa un carácter sadomasoquista, por ambas
partes.
Harry Calamidad es un tipo muy fácil, siempre
está de oferta.
PRÓXIMAMENTE EN SUS PANTALLAS MÁS AVENTURAS DE
HARRY CALAMIDAD