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lunes, 27 de septiembre de 2010

Breve Encuentro Vs. Enamorarse o como un remake destroza el recuerdo de una buena película



Se supone que "Enamorarse" es un remake de "Breve Encuentro", lo cierto y verdad es que esta última casi es pornográfica al lado de ENAMORARSE, no porque en ella salgan escenas duras, sino porque la película es tan redonda que lo clandestino, la tensión y el miedo de los protagonistas traspasan la pantalla.
Para empezar por uno de las diferencias a la par que defectos de la nueva versión mata toda la esencia de la versión antigua prescindiendo de la escena donde los dos protagonistas se acercan por primera vez. La escena de la "carbonilla" en el ojo sitúa la historia en un plano romántico en el cual Robert De Niro no tendría cabida la apostura del protagonista en blanco y negro sacando su pañuelo y cogiendo delicadamente el rostro de la dama es algo que aunque De Niro hiciera quedaría más cercano a un padre rudo que a un apuesto y galante caballero; por otro lado en los 80 De Niro sacaría un vulgar pañuelo de papel y no se atrevería a cogerle la cara a Streep. De Niro es el antídoto del romanticismo, quien pensó en él para el remake debía estar "muy fumado" como dice el periodista José Antonio Sánchez. Otro cambio del remake que mata cualquier posibilidad de romanticismo son los trenes de los años 80 de Nueva York que parecen latas de conservas, nada que ver con las maquinarias que aún hoy día siguen enamorando a coleccionistas de todo el mundo e incluso sirven de atractivo turístico y vuelven a funcionar para deleite de nostálgicos de las antigüedades ferroviarias. Claro, contar con los trenes actuales hace imposible que una carbonilla se meta en el ojo de la protagonista dado que ya no funcionan con carbón. Pero igual podría metérsele cualquier cosa en el ojo, tropezar, cualquier cosa que sirviera para mostrar a De Niro menos patán de lo que suele ser a primera vista. En lugar del pretexto del ojo para acercar a los futuros enamorados se usa una escena en la que De Niro queda más patán de lo que su presencia ya aventura. Nadie puede imaginar a De Niro, matizo, a un personaje que interprete, dentro de una librería, pero el o los guionistas de "Enamorarse" lo introducen allí para que cargado de paquetes se tropiece a la salida con Meryl Streep y al enredarse sus bolsas intercambien sin darse cuenta sus regalos, que precisamente son los libros que acaban de comprar y así en el siguiente encuentro en el tren tener un motivo para volver a hablar. E insisto, la torpeza del guionista por si fuera ya grave el error de casting al escoger a De Niro cuando perfectamente el papel le encajaría mejor a Harvey Keitel que aparece en la misma producción haciendo un secundario, o a Jeff Bridges, van y le hacen comprar un libro de jardinería para su esposa que por muy aficionada que sea, más machista imposible.
Sin saber porqué sigues pegado a la pantalla inspirado quizá por "Breve Encuentro"  porque crees que siendo una película más moderna aquella historia que siendo sencilla te depara mil emociones cuanto no más una historia situada en la época moderna donde un guionista puede llevar a los personajes más lejos que la película de los años 40. Pero no, no hay casi tensión, ni escenas de sexo, ni besos, ni caricias que te hagan creer que hay pasión entre los personajes. Si la película se titula Enamorarse, debe ser un enamoramiento en una fase muy leve. Porque nadie se cree que teniendo a la tía dispuesta en el catre en una casa para los dos porque a la tía le de un repentino ataque de arrepentimiento no se reponga y acaben revolcándose como berracos adúlteros.
Es asombroso que una película que describe un adulterio, aunque sin sexo haga aparecer a De Niro como un  auténtico soplagaitas, prácticamente parece impotente. Resulta increíble pensar que sea el mismo actor que interpreta al psicópata de EL CABO DEL MIEDO, y eso que hay una escena que remite a esta película, cuando Frank (De Niro) sin noticias de Molly (Streep) acude a la entrada de su casa con el coche como un acechador recién salido de la penitenciaría más cercana. Y viendo "Enamorarse" piensas que sí, que De Niro es un excelente actor, porque nadie pensaría viéndolo como persona que pueda llegar a ser tan gilipollas de tener a una tía a su merced y no trabajársela hasta el final.
Tras ver la película aparte de un calentón increíble al que sólo puedes dar salida poniendo a parir la película, llegas a la conclusión de que acabas de ver un publirreportaje de 90 minutos de la red de cercanías de Nueva York. Que seguramente cuando la película se estrenó en los cines al día siguiente habría vagones de tren atestados de marujas esperando encontrar el Robert De Niro de turno al que sí llevarse al catre, no como la tonta de Molly; así como también trabajadores de la construcción u otros gremios esperanzados de encontrar una aventurilla que les saque de la muerte en vida que suele ser la cotidianeidad en muchos casos.
De ningún modo se puede culpar a los actores del fiasco de película, sólo se les puede considerar víctimas de un pésimo casting, un peor guión y una pésima dirección. Parece increíble que apenas unos años antes estos dos actores protagonizaran escenas tan potentes como las de "El Cazador". Sólo se puede rescatar a Streep, la cual salva un personaje al que dota de significado pese a los metros de tela con la que la ocultan durante toda la película. De acuerdo que los años 80 fueron muy raros en lo que a moda se refiere, pero no se entiende que a la actriz le pongan chaquetas tres o cuatro tallas más de lo que le pertenece, o le cuelguen de la cintura faldas más propias del siglo XIX haciéndole parecer con todo ello el triple de gorda de lo que en realidad es, quizá es así como el director se imaginaba a una mujer de mediana edad que sólo trabajaba ocasionalmente. Hasta la protagonista de la película original parecería moderna al lado de la Molly de Streep. Cierto es que Streep tiene una cara antigua, más digna de aparecer en cuadros de Rubens, pero es una actriz extracompetente a la que ningún personaje se le resistiría.
Pese a todo el despropósito que es Enamorarse, no elimina uno de los mensajes de la película original: COGER EL TRANSPORTE PÚBLICO ES MÁS BARATO, HOY DÍA DIREMOS QUE  ADEMÁS ES ECOLÓGICO Y PUEDES ENCONTRAR ALGUIEN DE QUIEN ENAMORARTE. Esto se lo vengo diciendo yo hace mucho a personas que quieren encontrar pareja, el coche es veneno para hallar pareja, no te codeas con nadie, no cruzas la mirada con nadie, es como una burbuja de 2x3 en la que es difícil que nadie te vea y por tanto se te acerque tampoco tus amistades, conocidos, familiares, etc. con los que te podrías encontrar en el tren o el autobús invitarlo a sentarse a tu lado o a la inversa, y hacer más agradable el trayecto reforzando lazos con una conversación.
Pero nadie puede hacerme creer a mí, que si Frank-Robert De Niro se te acerca en el tren con la excusa que sea te vas a enamorar de él.
Por último una curiosidad que me asalta a propósito de la escena más emocionante de la película en la que Molly se decide a ir a la casa ya vacía de familia de su amante frustrado donde él le ha intentado citar telefónicamente y hasta allí intenta acercarse con el coche en medio de una abundante lluvia en la que, tras un intento de adelantamiento a un camión, el coche acaba por no arrancarle cuando precisamente un tren pasa bajándose la barrera que ella estaba a punto de traspasar y un potente frenazo lo impide así como el despedirse de Frank que abandona Nueva York por trabajo. ¿Puede ser que esta escena se parezca en parte a otra película de un adulterio más logrado que posteriormente protagonizaría también Streep? Por supuesto me estoy refiriendo a "Los Puentes de Madison", la cual estaría muy bien revisionar para reparar los estragos causados por la muy mal rematada "Enamorarse".



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