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viernes, 5 de agosto de 2011

El hombre que veía caras deformadas y señoras que venden ramas rumanas


El hombre que veía caras deformadas

Conozco por referencias más que por un contacto directo a un tipo curioso, bueno, para mi desgracia tuve contacto directo cuando para saludar a unas personas estando yo sentada se puso tras de mí y apoyo su mano en mi espalda, justo debajo del cuello: BUAAAG, QUÉ ASCAZO. Casi todo el mundo le considera raro, pero muchos se equivocan al considerarlo inofensivo. A simple vista es un señor bajito que podría representar treinta años, aunque en realidad tiene más de cuarenta, y no es porque la vida lo haya tratado bien o él se trate bien a si mismo, es porque su naturaleza ha debido otorgarle privilegios suficientes como para no aparentar su edad o más edad de la que tiene. Su naturaleza le ha hecho fuerte frente a la calvicie, las arrugas y el castigo de la mirada. Alguien que no supiera nada de él le podría considerar bajito aunque follable. Pese a que es un follador vividor, más vividor que follador, aparenta ser un hombre serio y responsable. Y debe ser así en algunos aspectos de su vida, pero no en el principal.
Es el típico divorciado que resentido se niega a si mismo poder reanudar su vida en forma de relación estable. Está disponible para todo aquel follador vividor que quiera llevárselo como escudero, y si le cae algo mejor que mejor. Porque lo que sí se sabe por estos hidalgos a los que sirve, es que bebe y bebe y se acaba quedando dormido en una silla o en una barra de bar, o en la mesa de un banquete de bodas. Además es el típico trepa, chivato, pelota (con decir trepa hubiera bastado, ya que trepa lleva aparejado ser chivato y pelota por lo general, pensaré en ejemplos de trepas que no sean chivatos o pelotas… no se me ocurre nada).
Aunque es fácil adivinar que el tipo es un mar de complejos –superar que te dejen es muy difícil: autoestima por los suelos o como diría el Rancio: ¡Ostia Terrible!- él se vende a si mismo como un medio rico que gracias a la buena venta de un piso tiene un caudal que invierte aquí y allá, caudal que presume no haber compartido en el divorcio, y que veranea en la costa y SOLFEA, sí señores, el prodigio de muchacho, además de intentar encaramarse a una tabla y resbalar sobre alguna ola debe hacerlo dando la nota, o sea solfeando: do, re, mi…
Además presume de padrazo, eso sí, padrazo telefónico, de esos que controlan a las niñas púberes llamando cada media hora.
Esto y otros detalles inducen a pensar que el tipo es un fantasma, y que tras esas historias sólo se esconde una necesidad de ser admirado, de llamar la atención, y de alejarse de su triste realidad, que no es más ni menos triste que otras, pero para él debe ser muy vergonzoso. Nadie va diciendo por ahí: “Soy un desgraciado que temo comprometerme con una mujer por que la mía me lo hizo pasar muy mal -¿cuernos, abandono, desamor?-“. Así que el tipo como no puede integrarse con los casados se vuelca en los solteros, con tan mala suerte que todos ellos destacan más que él porque le sacan una cabeza y son menos metepatas, con lo que acaba haciendo de su escudero durmiéndose en la barra, o tirándose a la amiga del compañero de juerga.
Pero las resacas son muy duras y más a ciertas edades, aunque éstas no se aparenten, y de repente miras a tu alrededor y descubres que ese que considerabas un pringado ya no te lo parece tanto, que al fin y a la postre si no busca chochos es porque no los necesita porque el que tiene en casa le sirve, y además no bebe, y además no sucumbe a los problemas por graves que estos sean, y además su mujer no le deja porque su vida profesional sea un infierno (lo que le ocurrió a él). De repente a ese tipo le molesta que ese pringado le diga que debería recogerse y buscarse una compañera, que está muy delgado –y una halitosis espantosa delatora de sus problemas estomacales, de sus malos horarios, de su malos hábitos de comida a base de bocadillos y en definitiva de su mala salud; pero no le dice que le canta el pozo-. Gran error, el que el enano considera El Gran Pringado ha traspasado una ignorada frontera y ha de pagar por ello: “Pues tú y tu mujer tenéis la cara deformada de lo gordos que estáis”. El tipo que recibe este pago a su preocupación, quizá intrusiva, pero preocupación empieza a sentirse mal, siente naúseas, mareos, un mal rollo creciente, y desea abandonar el lugar que por obligación ocupa con El Hombre que Veía Caras Deformadas. Tiempo más tarde el Aconsejador de Matrimonio Estable ve como el que sólo era un tipo raro para los demás acaba dando su verdadera cara bajo el influjo de una monumental borrachera bautizando nonatos en una celebración publiquísima sólo porque la madre del nonato le rechazó la oferta.
Mucha gente disculpa a los beodos en todo lo que hacen o dicen bajo el efecto de las bebidas espirituosas, pero el Aconsejador puede dar fe ante Notario Trajeado Gordo y Serio que el día que fue agredido por El Hombre que Veía Caras Deformadas, éste, iba sobrio.
Por finalizar con el rápido retrato de H.V.C.D. decir que no sólo ve Caras Deformadas, sino que además ve una puta rumana –anótese que el tipo tenía especial empeño en dotar a la individua de esta nacionalidad- en toda mujer guapísima que esté con otro hombre que no sea él, y él considere que ese hombre es más feo, gordo, etc. que él. Y como lo único que el Hombre que Veía Caras Deformadas y Putas Rumanas tiene un coche enorme y medianamente caro, al contrario que el Feo, Gordo aunque muy Alto novio de la Puta Rumana, pues aparca el coche todos los días frente a la ventana de la muy guapísima, supongo que para llamar su atención y que la tia piense: “¡Guau! ¡qué cochazo! Voy a saltar por la ventana y me voy a ir con ese enano de pelo muy muy poblado, ojos vidriosos y tez pálida!”.
P.D.: Como es fácil suponer, la supuesta puta rumana –NO TODAS LAS RUMANAS SON GITANAS O PUTAS, JODER CON LOS ESTEREOTIPOS Y LA PUTA XENOFOBIA- no era ni puta ni rumana, sólo era una tía nacional, Tía Buena de Profesión, con los ojos los suficientemente cerrados y eso que los tiene grandes la jodía, para ignorar que su gordi casi la reemplaza por una tia no tan buenísima como ella, pero de mejor carácter que ella sí.


Personal Tribunal de Autocensura

AUTOCENSURA

¿Cómo combatirla?

Llevas toda la vida deseando escribir, y además que sirva para algo más que para hacerte pajas intelectuales. Cuando por fin tienes todos los medios e incluso algún resquicio por el que alguien se pueda asomar y leer tres líneas hasta que se aburra y pase a otra cosa, sucede ese hecho inexplicable, ese pudor extemporáneo, ese freno que impide que escribas todo lo que se te pasa por la cabeza. Todo.

¿En qué consiste ese freno, esa autocensura? Sobre todo es un repentino acrecentamiento de tu celo por tu intimidad, no hablamos de miedo a contar los polvos que uno echa, sino más bien de exponerse al juicio del personal en todos los sentidos. Incluso hay miedo a meterse en líos por que algo que a lo mejor te parece inofensivo pueda resultarte perjudicial más adelante.

La autocensura es la peor de las censuras, porque al ser uno mismo el que se coarta en su libertad no se hace la guerra, por tanto, a si mismo. En la mente de uno no hay un pequeño estrado con una mesa tras la cual los miembros de la autocensura tienen una cara, una identidad, no son otro al que enfrentarse, no son señores con gafas de edad avanzada y gesto ceñudo a los que burlar con argucias como las de los cieneastas españoles de los años 50 del pasado siglo. Eres tú.

Aunque viéndolo de otro modo, sí se puede pensar que la autocensura en realidad es algo ajeno, ¿porque no es más verdad que nuestros temores enraízan en excrementos intelectuales que otros han ido depositando en tu cabeza?  Pongamos por ejemplo que uno escribe sobre un hecho biográfico, ¿cómo superar el temor a ser juzgado más allá del texto si alguien conocido leyera eso? En la sociedad hablar con toda franqueza y sin pudor es algo poco acostumbrado. Mucha gente se tiene por franca porque siempre está cantándole las verdades del barquero a todo aquel que tenga la pasividad de quedarse a escucharlas, pero a buen seguro esas personas no desnudarían su alma a nadie, y menos aún confesarían sus debilidades en una conversación amigable. Más bien me refiero a aceptar que casi todo lo a uno le pasa y piensa es contable o relatable –para no confundirnos. Poco a poco a lo largo de tu vida aprendes que hay cosas que hay que silenciar, porque es dar munición al enemigo. La vida te enseña que esto es una jungla salvaje y que las buenas relaciones sociales son pasajeras, o tienen momentos buenos, y momentos decepcionantes en los que todo dato dado es susceptible de ser usado en tu contra manufacturado convenientemente en la mente vengativa de alguien. Y este aprendizaje tan obsceno de la vida es un miembro mental de tu personal Tribunal de la Autocensura.

Así es imposible escribir de un modo directo, sincero, e incluso sencillo. Porque si quieres decir algo considerado vulgar u obsceno que representa tres palabras acabas dando rodeos y perdiéndote en un mar de vocablos cuando en realidad quieres mandar a la mierda a todos aquéllos que han dado cuerpo a tu Personal Tribunal de la Autocensura.

¿Por qué un hombre que quisiera contar y desahogarse de paso en un texto que ya no ama a su mujer, pero que no la quiere dejar porque teme la soledad no puede hacerlo? ¿Qué tendría que hacer esta persona? ¿Escribir una novela? Esto me hace preguntarme cuantas historias que iban para memorias o biografía acabaron en novela.

Esto me hace recordar una historia alucinante que leí hace poco. Florence Henderson, la actriz que hacía de madre de los numerosos Brady confiesa en sus memorias que tuvo un affaire con el alcalde de Nueva York y que éste le contagió unas ladillas. ¿No habría deseado tan pronto como empezó a sentir los picores anunciar al mundo entero que el Alcalde de Nueva York padecía de ladillas? Seguro que lo deseó, pero la autocensura entre otros muchos inconvenientes sellaron su boca hasta que pasaron cuarenta años.

viernes, 17 de junio de 2011

Dieta infalible para quemar grasas y neuronas



Desde que ser gordito dejó de representar síntoma de salud y bienestar económico se ha impuesto una nueva dictadura. Ya no basta con tener un peso saludable, además hay que estar tan delgado que parezcas guapísimo ante una lente.


Tras la dictadura impuesta por la industria textil con las tallas, además se va imponiendo la de la industria de cámaras fotográfica, o cualquiera aparatejo con una lente capaz de captar una imagen.


Resulta que la gente es crítica con su aspecto físico no por como se percibe a si mismo, sino por como sale en las fotos. Nadie se pone a pensar que una lente fabricada por un ser humano, así como el aparatejo que la contiene, puede ser imperfecta y captarte mal dando un reflejo deformado.


Antes, en las ferias, había una atracción que consistía en una especie de laberinto o pasillo con espejos, que más o menos curvados deformaban tu imagen: torciéndola, alargándola, ensanchándola, empequeñeciéndola o sacándola lo más fiel posible. Esta atracción ya casi no se ve, pero está instalada en todas nuestras ciudades y pueblos donde las boutiques en lugar de muros sólo tienen una enorme cristalera tras la cual exponen su género. Al pasear por una calle con muchos comercios, si eres de los que miran su reflejo en el escaparate, puedes observar que cada cristal de escaparate te devuelve un reflejo distinto al anterior. ¿Con cuál te quedas?


Nos hemos vuelto Narcisos, y podemos pasar gran parte de nuestra vida destrozándonosla por conseguir la imagen soñada, en lugar de vivir nuestra vida con la que ya tenemos, nos obsesionamos y modelamos nuestra mente y nuestras necesidades con el único propósito de adaptar nuestro cuerpo a la exigencia de una lente imperfecta.


¿A cuántos famosos hemos oído decir que la gente cuando les conoce en persona les dice que son más guapos y delgados al natural que por la tele o las revistas? Hay muchos famosos que cuentan esto, pero la que más seguramente es María Teresa Campos.


Incluso los políticos son presa de esta dictadura de las lentes imperfectas. Pongamos por ejemplo un tipo que parece estar en su peso, que es recio incluso, pues cualquiera que lo conozca en persona descubrirá que es extremadamente delgado, no tan alto como aparenta, y hasta tiene aspecto enfermizo, si además lo ves acompañado por Acebes y Zaplana, descubrirás que parecen reducidos por los jíbaros con respecto a la imagen que percibías de ellos en televisión.


Para darse cuenta de hasta que punto nuestro modo de percibir la estética está gobernado dictatorialmente por las lentes imperfectas no tienen nada más que asistir a la Pasarela Cibeles, a ser posible situarse por la entrada de personal, y ver como esos seres que nos venden como el colmo de las perfecciones distan mucho de serlo. Invito de verdad a quien haya puesto a una top model como referencia para adaptar su imagen a la de ella, que la conozca en persona.


Alguien nos ha convencido de que la belleza, o sea despertar la admiración de otros sólo por tu aspecto físico, es un valor supremo, pero deberían indagar e informarse correctamente de la clase de vida que tienen que llevar quienes al margen de la naturaleza con la que hayan nacido se autoinfligen toda clase de sufrimientos corporales para adaptar su cuerpo a unas medidas que alguien decidió que eran las oportunas.


Muy mal se tiene que haber portado la naturaleza para que una persona bien vestida, bien peinada y bien maquillada no pueda gustar como mínimo a una persona.


En todos estos años de cruzada descafeinada contra los dictados de la imagen que nos imponen los Señores de la Moda, las Revistas, etc. se ha buscado en ellos a los culpables de enfermedades mentales cuyos síntomas son un trastorno alimenticio, al final, somos nosotros, los que obedecemos sus directrices, quienes los hemos aupado. Alguien puede querer mandar o imponer, pero si no es obedecido no es nadie.


La belleza, biológicamente no es más que un reclamo, es la forma que tienen los cuerpos de anunciar al sexo opuesto que hay salud y unos genes dignos de ser incorporados a la estirpe. Pero lo curioso es que detrás de lo que actualmente se entiende como belleza hay muy poco de salud: dietas espartanas deficitarias en vitaminas, o algún compuesto vital para la salud, o directamente no comer, por no hablar de los miles de productos laxantes, inhibidores del apetito, etc. que se ingieren sin ningún control. Aparte de que quien cree que puede plantar batalla a la naturaleza sólo con el fin de conseguir despertar miradas de admiración, deseo o envidia a su paso, no representa a una persona moral y/o mentalmente saludable. Religiones aparte, éticamente tener como objetivo vital el hecho vanidoso de despertar admiración y supeditar tu vida a ello no da muchas garantías para confiar en un tipo así de ser humano. Al final todo consiste en alimentar el ego, y eso ¿cuándo ha sido positivo? Una vez alguien me dijo: "Cuando me llaman gordo no me disgusto y pienso que me tengo que poner a dieta, sólo pienso en que esa persona en ese momento dado no es muy válida para mí".


Hay gente que cree que si adelgaza evitará que la gente se meta con él para siempre, pero la gente que se mete con otra gente lo hace por cualesquiera motivos. A un gordo lo llamará gordo, a un delgado con gafas lo llamará gafotas, a un delgado desgarbado lo llamará esperpento, a un delgado feo lo llamará feo, a un ti@ guap@ los calificará de creídos y así hasta el infinito de las descalificaciones. La gente que se mete con otra, aparte de un problema de educación, tiene un evidente problema de autoestima, cree que insultando mejorará la mala situación que a él mismo le aqueje, o al menos recibe un desahogo momentáneo. ¿Cuánta gente que se considere normal va insultando por la calle? ¿o en el colegio? Sólo aquéllas personas que esconden problemas de índole familiar, que no se sienten muy valoradas o queridas desahogan su frustración a diestro y siniestro, curiosamente con la gente que cree que no lo va a responder, o sea con quienes considera débiles.


Ninguna de las vacas sagradas de la moda a lo largo del tiempo se han distinguido por su belleza física, ¿por qué hemos de creer que el mundo real ha de ser como un espectáculo momentáneo?


La gente se empeña en engañarse creyendo que sus ídolos son siempre tan bellos como aparecen en pantalla, pero puede ser así en algunos casos, pero no en todos. Viene a la mente un vídeo de Leo Di Caprio y Ben Affleck jugando en la playa, sus cuerpos para nada eran tan perfectos como en el celuloide. Cuando tienen un contrato, se preparan ponen a punto sus cuerpos y ruedan. En Pretty Woman el cuerpo que aparecía en primerísimos planos no era el de Julia Roberts, sino el de una doble de cuerpo. Los actores aparte de unas características telegénicas viven básicamente de su buena interpretación, de si su cara se come la pantalla, pero no viven exactamente de su cuerpo. No hay más que mirar atrás y ver si las estrellas consagradas del Hollywood clásico pasarían un casting actual de cualquier tipo: publicidad, cine, televisión. Digamos nombres, que se sepa, pero claro, si eres un indocumentado pues no te servirán estas comparaciones. Ahí lanzo a una Bette Davis, a una Judy Garland, a un Humphrey Bogart, a una Joan Crawfort, incluso a un James Dean, al propio James Stewart. Hoy día, a los que los hemos disfrutado y seguimos disfrutando en las producciones que han dejado rodadas para la posteridad nos parecen los más bellos del mundo, pero si James Stewart quisiera hacer un casting para una película actual ¿lo escogerían? La propia Marilyn Monroe, que tenía fama de ser de todo menos buena actriz, hoy día con las formas físicas que encandilaron y siguen encandilando a millones de hombres sería rechazada o puesta a dieta por sobrepeso, caso que le podría ocurrir a la misma Ava Gardner. Imaginemos que John Wayne tuviera que competir en un casting con Ben Affleck, ¿quién se llevaría el triunfo?


Estar informado y ser inteligente es una buena combinación para combatir tanta estupidez en torno a dietas, tallas de ropa, etc. Ojalá te encontraras con más gente preocupada por mejorar su nivel de estudios o cultural que por descender de talla de ropa.


¿Acaso la vida es de verdad esto? ¿De verdad ser irreprochablemente delgad@ es equivalente a ser una persona válida? ¿A partir de cuántos kilos de sobrepeso uno empieza a dejar uno de perder oportunidades de trabajar, de relacionarse socialmente, de relacionarse sexualmente? PONGAMOS UNA CIFRA


P.D.: Audrey Hepburn, cuya cara adorna algunos miles de salones, vivió siempre acomplejada por su extrema delgadez fruto de una infancia vivida en la posguerra. Una de las cosas que le deparó ser delgada fue destrozar su sueño de ser bailarina clásica.


jueves, 16 de junio de 2011

Ser miembro de una Mesa Electoral es un castigo sin igual

Lejos quedan ya las última Elecciones Municipales celebradas. Ese día algunos se tomaron la molestia de ir a votar, y habrán visto validado su voto con una mayoría o no. Para los que no quedará cierta decepción, pero ésa será una sensación que esté atenuándose poco a poco.
En cambio, para otros ese día será algo que quisieran olvidar, pero no pueden. Puede que muchos de los que formaron parte de una Mesa Electoral vivieran la experiencia con ilusión y hasta se fueran a casa con cierta satisfacción. Sin embargo, muchas personas estaban allí contra su voluntad. Nunca sabe uno del todo lo que es la tan nombrada democracia hasta que cae sobre su cabeza con un nombramiento.
Es curioso observar las reacciones de algunas personas cuando comentas la noticia: "me han nombrado miembro de una Mesa Electoral". Algunos te contestan: "Qué suerte". Incluso algunos de éstos que creen que es una suerte, nunca han votado en su vida, y no porque no tengan la edad, sino porque para ellos es más práctico que decidan otros y desentenderse de esos temas políticos tan molestos, mas no dudan en estar quejándose todo el rato de lo caro que está todo, de los recortes que les pretenden hacer en su sueldo, etc.
Cuando alguien mete un sobre en una urna y se da la vuelta no es consciente de los peligros de estar incluido en un censo electoral, y de lo que deja atrás. Cuando formas parte de la maquinaria electoral descubres que tras todas esas cifras y porcentajes que empiezan a salir en los medios de comunicación hay cientos de miles de personas que llevan desde las ocho de la mañana encerrados en un local electoral, tras una mesa, haciendo un trabajo prácticamente forzado, a cambio de una dieta de 62'algo euros, mal comidos, llenos de nervios y presionados por la responsabilidad de la labor encomendada. Cuando se cierra el colegio electoral un miembro de una mesa electoral lleva allí metido doce horas, menos el tiempo de la comida. Y empieza la labor más dura, la labor manual, la de abrir, sobres, clasificar y contar papeletas, rellenar actas, todo ello bajo la mirada suspicaz de bastantes apoderados e interventores de partidos políticos. Si tienes suerte a lo mejor a las diez de la noche has acabado, pero si las cuentas no cuadran, no hay una organización inteligente, o una persona empieza a meter prisa para acabar cuanto antes porque tiene que informar de los resultados, puede alargarse mucho la cosa.
Estamos en la era digital, pero resulta que nuestro sistema de votación y recuento no ha cambiado en muchos siglos, vamos a dejarlo en años, dependemos de la cuenta de la vieja para decidir sobre quien calculará nuestras pensiones, la gratuidad de la enseñanza, los precios del pepino, etc.
Lo más curioso es que la elección de un político democrático dependa de que un ciudadano ejerza de forma poco voluntaria un trabajo que excede en mucho la jornada laboral mínima, me pregunto si Comisiones Obreras, UGT o cualquier sindicato que defienda los derechos de los trabajadores es consciente de las condiciones en las que se tiene que desenvolver un miembro de una mesa electoral.
Sería muy loable que inventaran otro sistema, o que al menos un miembro de una mesa electoral no tuviera que hacer el doble de una jornada electoral o jornada y media. ¿No sería mucho más efectivo dejar el recuento en manos de personas que no han estado durante doce horas controlando las urnas y revisando los censos y los DNI? Es una idea. Pero nadie hará piña para este objetivo, porque excepto casos raros nadie repite en una Mesa Electoral.
En fin, dentro de menos de un año hay Elecciones Generales, paciencia y buenos alimentos, y no es una frase hecha.
Recordar que los mayores de 65 años y los analfabetos se libran de ser miembros, aparte de un sin número desconocido de causas a alegar ante la Junta Electoral que te nombró. A lo mejor, cara al censo, es recomendable ser analfabeto.

lunes, 18 de abril de 2011

JOAQUÍN TORRES CONVENCERÍA A BELÉN ESTEBAN PARA QUE NO LE ENCARGARA UNA CASA

Joaquín torres, el arquitecto de los famosos, acude a La Noria, se habla de cifras millonarias, de Bardem, de Cristiano Ronaldo. De repente el presentador, Jordi González, pregunta si le haría una casa a Belén Esteban. Con un cierto apuro, pero saliendo del paso, el arquitecto contesta que él hace casas a todo el que se las pague, pero pasa la pelota al tejado de la propia Esteban, diciendo que Esteban no querría una casa de las que él hace, que no es su estilo. Una forma muy ingeniosa a la par que elegante de rechazar un posible encargo de Belén, pero la pregunta iba destinada a poner en un aprieto al encumbrado arquitecto, y no consigue salir, de alabar es la sinceridad, ya que entre algodones pero el rechazo a un posible encargo es más que patente. Poco antes de la pregunta el propio arquitecto al oírse se sorprende de lo pijo que parece hablando, y es que si hablas como un pijo lo más seguro es que lo seas o lo quieras ser. Y sin duda es de pijos y de persona poco inteligente rechazar la idea de hacer una casa a quien sea, porque como decía el personaje interpretado por Weaver en "Armas de Mujer": "No quemes tus naves, los capullos de hoy son los magnates del mañana"-conste que no califico de "capullo" a Belén Esteban, pero en la consideración del arquitecto ella está cerca de esa categoría-, y quien sabe si pasada la moda de hacer tanatorios-hogar, venga una Belén Esteban o una Campanario y te haga un encarguito que te saque del dique seco.

En la entrevista salen varios ejemplos de la obra del afamado autor, que no entiendo qué hace en La Noria, pues ya es el arquitecto de los famosos, con semejante cartera de clientes y el boca-oreja consiguiente no necesita publicitarse. Llevo años viendo en ciudades y pueblos de España construcciones del corte Joaquín Torres, en forma de ambulatorios, tanatorios, y otros tantos edificios públicos de reciente construcción. Siendo realistas, el aspecto de una casa por fuera tiene poca importancia, pues lo que en realidad importa es el interior, pero puesto a gastarse uno nueve millones en una casa, sería de agradecer que no se asemejase a un tanatorio municipal, porque puede pasar, es un caso extremo que un chofer novato de una funeraria se confunda y acabe dejando féretros a la puerta. Y no es que desde aquí se arremeta contra la arquitectura moderna, hay ejemplos muy ingeniosos de última tendencia que sí son gratos a la vista a la vez que funcionales, pero seguro que no son tan caros, y si lo son es porque la estructura y los materiales se emplean de un modo más funcional. Uno de los lemas de este tipo de arquitectura es que no rompe el paisaje como lo haría un típico chalet o mansión con tejado a aguas, pero lo cierto es que lo rompe mucho más, es como ver la veta de una cantera en mitad de la nada.

Por otro lado está el tema de que uno puede estar en la cima de la estética arquitectónica, pero está claro que el look que lucía el aclamado profesional no estaba en sintonía con su obra. Porque el fular al cuello en estas fechas debería tener una explicación más funcional que estética ya que desentonaba bastante, tal vez el señor estaba acatarrado o no habría podido cambiarse de camisa porque el cuello lo tenía aún negro por haber venido de supervisar una obra, o se había manchado de maquillaje o de bronceador ya que el señor está bastante moreno, un moreno obrero claro está, dado que debe estar a pie de obra para llevarla a buen término, dado el dineral que recibe. Sería también aconsejable que el señor Torres dado que gana lo que gana corrigiera el estropicio de su labio inferior tan poco natural.

Este post podría titularse: "Joaquín Torres no le haría una casa a Belén Esteban", pero su elegante respuesta, aunque no deja lugar a dudas obliga a titularlo de otro modo.

lunes, 28 de marzo de 2011

Ángel y Sabrina: ¿regreso del anonimato o rumores?

Cuando piensas en escribir en un blog para nada se te viene a la cabeza que con sólo una entrada podrías sacarlo adelante. Si todos los anhelos de tu vida se basasen en ese blog sería devastador el pobre resultado del mismo. Da igual lo que escribas, sólo interesa una cosa: Ángel y Sabrina. Visto el interés absurdo que suscitan es comprensible que se hayan ocultado de tal modo que todo lo que queda sobre ellos son recuerdos y rumores. El último de estos rumores que ha incrementado las visitas a mi blog es que iban a entrar en El Reencuentro. Un rumor interesado obviamente. Y es que para saber si se ha escrito o dicho algo de Ángel y Sabrina sólo tengo que mirar las visitas de mi blog. Luego entro en Google y busco las entradas más recientes sobre la pareja. Justo lo que acabo de hacer. Y bingo, en la web La Vida En Directo una noticia anuncia la posible entrada de Ángel y Sabrina además de la de Carlos Navarro y Fayna. Y es generoso llamar a esto noticia, porque no es más que un rumor para despertar un cierto interés sobre algo que quizá no lo tiene.

Pero… ¿y si fuera cierto? ¿y si Ángel y Sabrina volvieran a la tele? Después de años de lucha por recuperar el anonimato del cual se arrepintieron salir muchas veces tal vez hubiera un motivo, claramente económico para volver a sufrir las hieles del famoseo. La excusa de ingresarlos en el concurso entremés de Supervivientes sería que se diera por cierta la nunca suficientemente confirmada noticia de que se separaron. Noticia que una vez salió a la luz fue desmentida ese mismo día en la cadena que los parió.

Pero hay un fenómeno curioso que se dio en Telecinco dada la principal actividad empresarial que se ejerce en esa cadena, entre informativo e informativo, que no es otra que el desmenuzamiento de vidas ajenas más o menos importantes y eso sí, que no les cosa a demandas; y es que increíblemente pese a la contundencia de la noticia, dejaron en paz a Ángel y Sabrina, y no sería por que no hubiera interés por ellos, las visitas a mi blog lo acreditan. Aparte de la que se lió con la noticia de Globedia que finalmente alojé en mi blog previo permiso de la autora que acabó hasta las narices de ejercer de moderadora de comentarios. No se entiende. Y me alegro por ellos. Que consiguieran que no les dieran la lata es algo, además de extraordinario, digno de admiración. Pero mi asombro sigue en aumento, me sorprende que los medios de comunicación rosas se pararan ante algo y lo respetaran. Por eso, si volvieran a la palestra sería tirar por la borda un trabajo muy laborioso y de muchos años. Por que no quede un acento crítico, como personas que sin duda se quisieron, por mucho que tuvieran que lamentar su acercamiento a los medios de comunicación, hay que reconocer que si no hubieran participado en Gran Hermano, tal vez nunca se hubieran conocido, y de haberse conocido dudo que se arrepientan, pese a que hayan roto.

Alcanzar el anonimato una vez perdido es algo tan difícil o más aún que alcanzar la fama. Hay otra malagueña, mundialmente famosa, que emprendió esa ardua tarea, y casi lo consiguió, pero el anonimato una vez perdido no se recupera, siempre hay alguien que te reconoce, pero tal vez, con un poco de suerte no sea un pelmazo.

Ser un donnadie no está nada valorado, poder ir por la calle sin que te pare nadie, comer o tomar un café en un bar sin que se te acerque nadie con una servilleta de papel en la mano y un boli con propaganda en la otra exigiéndote el deber de firmar un autógrafo, porque la fama te obliga a ese peaje. O como les sucede a los famosos que exponen su vida que una señora con gafas cualquiera te dé consejos sobre tu vida. Como estos hay muchos otros tributos que la fama exige sin que el famoso crea cuando no lo es, que tiene que pagar. Y vivir levantándote tranquilo todas las mañanas sin temer el sobresalto que te puede causar ver la tele y escuchar el último rumor insidioso sobre ti.

Desde luego como decía el sabio cordobés, "El Cordobés": "más cornás da el hambre", y antes que robar y matar por dinero, más vale perder el anonimato para comer. Y tal vez uno pueda aguantarse el hambre y la necesidad propias, pero las ajenas, las de los seres queridos, por mucha dignidad que uno tenga, provocan que se pierda. Y por ello, y desde aquí valga toda la comprensión hacia quienes un dia se exponen a los medios a cambio de dinero por estas causas y reciben unos inmerecidos reproches. Sé que mucho listillo con la luz pagada para toda la vida diría que antes hay otras soluciones, pero eso es fácil decir cuando se tienen medios y contactos a su alcance y dinero para mantenerlos.

Nota: Aquí el enlace que ha provocado esta nueva entrada de mi blog.

http://www.lavidaendirecto.com/modules/news/article.php?storyid=721