Translate

viernes, 5 de agosto de 2011

El hombre que veía caras deformadas y señoras que venden ramas rumanas


El hombre que veía caras deformadas

Conozco por referencias más que por un contacto directo a un tipo curioso, bueno, para mi desgracia tuve contacto directo cuando para saludar a unas personas estando yo sentada se puso tras de mí y apoyo su mano en mi espalda, justo debajo del cuello: BUAAAG, QUÉ ASCAZO. Casi todo el mundo le considera raro, pero muchos se equivocan al considerarlo inofensivo. A simple vista es un señor bajito que podría representar treinta años, aunque en realidad tiene más de cuarenta, y no es porque la vida lo haya tratado bien o él se trate bien a si mismo, es porque su naturaleza ha debido otorgarle privilegios suficientes como para no aparentar su edad o más edad de la que tiene. Su naturaleza le ha hecho fuerte frente a la calvicie, las arrugas y el castigo de la mirada. Alguien que no supiera nada de él le podría considerar bajito aunque follable. Pese a que es un follador vividor, más vividor que follador, aparenta ser un hombre serio y responsable. Y debe ser así en algunos aspectos de su vida, pero no en el principal.
Es el típico divorciado que resentido se niega a si mismo poder reanudar su vida en forma de relación estable. Está disponible para todo aquel follador vividor que quiera llevárselo como escudero, y si le cae algo mejor que mejor. Porque lo que sí se sabe por estos hidalgos a los que sirve, es que bebe y bebe y se acaba quedando dormido en una silla o en una barra de bar, o en la mesa de un banquete de bodas. Además es el típico trepa, chivato, pelota (con decir trepa hubiera bastado, ya que trepa lleva aparejado ser chivato y pelota por lo general, pensaré en ejemplos de trepas que no sean chivatos o pelotas… no se me ocurre nada).
Aunque es fácil adivinar que el tipo es un mar de complejos –superar que te dejen es muy difícil: autoestima por los suelos o como diría el Rancio: ¡Ostia Terrible!- él se vende a si mismo como un medio rico que gracias a la buena venta de un piso tiene un caudal que invierte aquí y allá, caudal que presume no haber compartido en el divorcio, y que veranea en la costa y SOLFEA, sí señores, el prodigio de muchacho, además de intentar encaramarse a una tabla y resbalar sobre alguna ola debe hacerlo dando la nota, o sea solfeando: do, re, mi…
Además presume de padrazo, eso sí, padrazo telefónico, de esos que controlan a las niñas púberes llamando cada media hora.
Esto y otros detalles inducen a pensar que el tipo es un fantasma, y que tras esas historias sólo se esconde una necesidad de ser admirado, de llamar la atención, y de alejarse de su triste realidad, que no es más ni menos triste que otras, pero para él debe ser muy vergonzoso. Nadie va diciendo por ahí: “Soy un desgraciado que temo comprometerme con una mujer por que la mía me lo hizo pasar muy mal -¿cuernos, abandono, desamor?-“. Así que el tipo como no puede integrarse con los casados se vuelca en los solteros, con tan mala suerte que todos ellos destacan más que él porque le sacan una cabeza y son menos metepatas, con lo que acaba haciendo de su escudero durmiéndose en la barra, o tirándose a la amiga del compañero de juerga.
Pero las resacas son muy duras y más a ciertas edades, aunque éstas no se aparenten, y de repente miras a tu alrededor y descubres que ese que considerabas un pringado ya no te lo parece tanto, que al fin y a la postre si no busca chochos es porque no los necesita porque el que tiene en casa le sirve, y además no bebe, y además no sucumbe a los problemas por graves que estos sean, y además su mujer no le deja porque su vida profesional sea un infierno (lo que le ocurrió a él). De repente a ese tipo le molesta que ese pringado le diga que debería recogerse y buscarse una compañera, que está muy delgado –y una halitosis espantosa delatora de sus problemas estomacales, de sus malos horarios, de su malos hábitos de comida a base de bocadillos y en definitiva de su mala salud; pero no le dice que le canta el pozo-. Gran error, el que el enano considera El Gran Pringado ha traspasado una ignorada frontera y ha de pagar por ello: “Pues tú y tu mujer tenéis la cara deformada de lo gordos que estáis”. El tipo que recibe este pago a su preocupación, quizá intrusiva, pero preocupación empieza a sentirse mal, siente naúseas, mareos, un mal rollo creciente, y desea abandonar el lugar que por obligación ocupa con El Hombre que Veía Caras Deformadas. Tiempo más tarde el Aconsejador de Matrimonio Estable ve como el que sólo era un tipo raro para los demás acaba dando su verdadera cara bajo el influjo de una monumental borrachera bautizando nonatos en una celebración publiquísima sólo porque la madre del nonato le rechazó la oferta.
Mucha gente disculpa a los beodos en todo lo que hacen o dicen bajo el efecto de las bebidas espirituosas, pero el Aconsejador puede dar fe ante Notario Trajeado Gordo y Serio que el día que fue agredido por El Hombre que Veía Caras Deformadas, éste, iba sobrio.
Por finalizar con el rápido retrato de H.V.C.D. decir que no sólo ve Caras Deformadas, sino que además ve una puta rumana –anótese que el tipo tenía especial empeño en dotar a la individua de esta nacionalidad- en toda mujer guapísima que esté con otro hombre que no sea él, y él considere que ese hombre es más feo, gordo, etc. que él. Y como lo único que el Hombre que Veía Caras Deformadas y Putas Rumanas tiene un coche enorme y medianamente caro, al contrario que el Feo, Gordo aunque muy Alto novio de la Puta Rumana, pues aparca el coche todos los días frente a la ventana de la muy guapísima, supongo que para llamar su atención y que la tia piense: “¡Guau! ¡qué cochazo! Voy a saltar por la ventana y me voy a ir con ese enano de pelo muy muy poblado, ojos vidriosos y tez pálida!”.
P.D.: Como es fácil suponer, la supuesta puta rumana –NO TODAS LAS RUMANAS SON GITANAS O PUTAS, JODER CON LOS ESTEREOTIPOS Y LA PUTA XENOFOBIA- no era ni puta ni rumana, sólo era una tía nacional, Tía Buena de Profesión, con los ojos los suficientemente cerrados y eso que los tiene grandes la jodía, para ignorar que su gordi casi la reemplaza por una tia no tan buenísima como ella, pero de mejor carácter que ella sí.