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domingo, 18 de agosto de 2013

ONDA CERO SE CARGA A SU GARBANZO NEGRO. RAFA FERNÁNDEZ YA NO COLABORARÁ EN HERRERA EN LA ONDA



Aprovecho las cientos de visitas a esta entrada para pedir vuestro apoyo para Frank Cuesta, o más conocido como Frank de la Jungla,.Su esposa, Yuyee, como sabréis ha sido condenada a 15 años por un delito no probado, ya que la supuesta prueba desapareció en el supuesto análisis. Su abogado no hizo un gran papel, y las amenazas que Frank dice haber recibido indican que él y sus actividades son molestas para ciertos poderes. Quienes conozcáis algo de leyes sabréis que tal y como él lo ha contado ese juicio es un total despropósito. En cualquier caso, culpable o no, nadie merece pasar quince años por una nimiedad como ésa, si es que es así. TIENEN 4 HIJOS, creo que es suficiente motivo para percatarse de la injusticia cometida contra Yuyee por sabe Dios qué motivos. Así que ruego que firmes esta petición en Change.org, ante todo léela, el objetivo está a punto de cumplirse, y si firmas mucho mejor. Muchas gracias lectores, por atender en este humilde blog.
AQUÍ EL ENLACE: 

Mi querido Rafa: Anoche me enteré en las últimas noticias de Facebook de que a partir de septiembre ya no contarán contigo en Herrera en la Onda, no sé si toda la emisora prescindirá también de ti. Si no te tuviera en Facebook me sentiría huérfana, de luto, desolada, pero te tengo ahí. Perder aquello que te da seguridad es algo que nos resulta conocido a todos, pero por más palabras que se te dediquen el sentimiento seguirá siendo devastador. En cierto modo es como si te hubieran matado, han asesinado tu voz, aunque no tu alma que se podrá seguir manifestando en otros medios como en Voz Populi. Pero tu maravillosa voz tan llena de energía que te arrancaba sonrisas y risas de momento ha sido masacrada. Ignoro qué motivos han empujado a tomar esta decisión tan cruel, ni quien la ha tomado, por no ser injusta ignoro también si alguien se ha opuesto con energía a tal decisión. Es cierto que como muchos de tus seguidores decían el ambiente se notaba enrarecido, a veces (es una impresión) pareciera que te hacían el vacío, ya no seguían tus bromas, no sé si en un afán de incomodarte o en una aspiración de corrección que no sé a qué vendría a cuento, porque tú siempre has sido así desde que te contrataron, es más, diría que por eso te contrataron. Cuanto ha cambiado todo, recuerdo cuando Herrera tenía el programa por la tarde, allá por los primeros 2000, había una guerra, porque Radio Exterior interrumpió la emisión para anunciarla y se quedó grabado en mi cassette. En aquellos tiempos Herrera hacía bromas muy guarronas a Josemi Rodríguez Sieiro, preguntándole, por ejemplo, si era correcto después de tomar una fabada sentarse en el sofá con las piernas en alto subiendo el pompi y tirarse cuescos con un mechero encendido cerca de la salida de éstos. Como ha cambiado todo desde entonces. Lo admito, yo escuchaba a Herrera porque me divertían estas chanzas, huía de la corrección intelectual de la Ser, cadena que también escuchaba, pero no para divertirme. En aquel entonces pensaba que Onda Cero apostaba por el humor y la alegría, pero parece que todo ha cambiado. La primera vez que te escuché, que tuve noticia de ti, fue en el programa de Pumares, Polvo de Estrellas, curioso, porque parece que tu destino será parejo al suyo. Es como si el cine sólo debiera ser contado de un modo extremadamente serio, a lo Garci, en plan coloquio de “¡Qué grande es el cine!”. En fin, como entonces, no entendí que prescindieran de Pumares y sus momentos Fibergram, y al final, él ha tenido que arrojarse a la arena del circo mediático supongo que por subsistencia. Tras su marcha de Onda Cero acabó de tertuliano en Crónicas Marcianas, y su fichaje, sospecho, sólo se debió a la anécdota del Fibergram, y no a su sabiduría cinematográfica. Espero que si no tienes una suerte mejor, al menos puedas tener la oportunidad de colaborar en algún programa, no por tu sabiduría, sino por tu donaire. Ríete, pero te veo en “¡Qué tiempo tan feliz!”, ojalá tuvieran el acierto de darte una silla, al menos el programa no atufaría a Tena Lady usada, y a amiguismo. Sería gracioso veros a ti y a la Campos juntos polemizando. Ella haciéndote callar en plan Rotenmeier y tú desafiándola con tus chanzas y bromas sexuales. Muchas veces he pensado, cuando notaba que tu presencia cada vez era más disminuida por Herrera que Pumares y tú deberíais tener un programa los dos, en plan batallitas, sin guión, sería muy divertido, y nocturno, para que aquello de la corrección diurna no os condicionara. Me extraña que a nadie se le ocurriera. Gracias a esta horrible decisión ya no tendré que hacer esfuerzos memorísticos para poner la radio los viernes. Y yéndose Rafa Fernández forzosamente tendré que decir adiós a Carlos Herrera, que ya no es el mismo que me hacía reír pese a sus imitaciones madrugadoras de Federico Jiménez Losantos. Me pregunto cuál habrá sido la frase fatal que haya determinado esta condena, me pregunto si detrás de este despido habrá fuerzas ocultas que hayan presionado para que se tomara esta decisión. ¿Puede ser que Rafa con gran acierto haya hecho que muchos espectadores no nos gastáramos el dinero en vano? ¿Puede ser lo de decir que una película está más que amortizada antes de su estreno y que todo el lloriqueo de la piratería es una falsedad? ¿Puede ser que la teoría del recuadradito (si una historia te atrapa da igual en qué soporte se vea, yo no estoy de acuerdo, el acto de ir al cine para mí tiene más liturgia que ir a misa, mucha más, eso sí sin palomitas apestosas y rechupeteo de pajitas sería una experiencia religiosa al nivel del éxtasis de Santa Teresa) que propugna Rafa haya molestado a los exhibidores? ¿Tal vez las turroneras (Josemi, Enrique de Miguel, el taurino, etc.) hayan presionado para cargarse a Rafa? Me faltan respuestas. Hay un capítulo de esta historia que me he debido de perder. No sé a quien pondrán a dar la lista de estrenos de la semana, si a Salas que ya se notaba que estaba opositando, o al gran José Manuel Escribano. Puede ocurrir que directamente no haya información de cine con o sin humor, porque si alguien se da cuenta el cine ya no tiene el espacio que tenía hace años en las parrillas de las emisoras de radio o televisión. Quizá no convenga a quien sea que el gusto del espectador se afine de modo tal que sólo con ver un trailer ya detectes la bazofia que te quieren inocular por los ojos. En Televisión Española los espacios de cine han quedado arrinconados en La 2, y no se promocionan, véase “Días de Cine”, porque a lo que hace Cayetana Guillén Cuervo, o hacía en su “Versión Española” no se le puede llamar programa de cine, quitando el reportaje que se emitía. Canal + ya no es accesible en abierto, con lo cual si tiene algún programa de cine, lo ignoro, la Cadena Ser suprimió “El Cine de Lo Que Yo Te Diga”, y dejó un espacio dedicado a las Bandas Sonoras en la madrugada del fin de semana. Por suerte ha vuelto María Guerra (del equipo de El Cine de Lo Que Yo Te Diga”) y además de hablar de cine se tratan las series de televisión. Tal vez María Guerra podría contar con Rafa, a quien le pegaba más ser de plantilla de la Ser, aunque su labor como garbanzo negro de Onda Cero era impagable. Por si no se me ha visto la intención, PIDO DESDE AQUÍ QUE ALGUIEN CONTRATE A RAFA FERNÁNDEZ, NO PUEDO VIVIR SIN ÉL.

sábado, 17 de agosto de 2013

La mujer morena de la cara picada, Facebook, 50 sombras de Grey y García Márquez




Y la cara no es lo único que tiene picada. Hay personas que son personajes en busca de autor, es decir, de alguien que les de contenido a su vacía vida. Son sociables en un trato superficial, pero en cuanto llevas la conversación más allá de los formulismos típicos acaban metiendo la pata soltando alguna impertinencia insidiosa. Puedes estar hablando de las pecas que tenías de pequeña y ella soltar con una teatral cara de asombro: “¿Más?”. Una diplomática manera de resaltar un defecto dado. Hay una clase de personas que sólo son capaces de relacionarse en la confrontación, en la comparación. Se puede tratar de tu vecina de arriba que aprovecha cualquier corrillo para hablar de cosas tuyas que todo el mundo puede ver bien para mencionarlas en tono peyorativo, o no acordarse de limpiar hasta que te oye a ti poner la casa patas arriba. Este tipo de personajes se suelen encontrar en un cierto tipo de vivienda, en una urbanización de chalets independientes no me imagino este tipo de roces. Algo parecido pasa en Facebook, un espacio en el que las relaciones que se establecen son parecidas a las de los bloques de pisos. Alguien puede generar un contenido, un enlace, tener intereses variados reflejados en enlaces que comparte en el muro, pocos los comparten, algunos más dan al “Me gusta”, otros no ; del mismo modo en cada vivienda de un bloque los ocupantes generan contenido que no comparten porque quieran como en Facebook, pero allí está, el contenido puede ser variado, sobretodo consistente en lo que se escucha, y este contenido compartido a su pesar por un ocupante es difundido por estos personajes en busca de autor; como en Facebook tal contenido es escuchado, algunos lo critican, otros callan, y algunas veces el corrillo y sus comentarios son llevados al mismísimo muro del protagonista del contenido para que éste escuche la mofa. Otras veces la mofa consiste en usar palabras emitidas por quien genera el contenido para hacerle ver que su intimidad está en manos de ellos, en un ejercicio de intimidación psicológica propio de un régimen totalitarista del signo que sea. No me olvido de la “mujer morena de la cara picada” porque esta mujer picada en grado sumo por el contenido de sus vecinos convierte su vida pública en un ejercicio de “No comparación”, por ejemplo, su marido puede estar hablándole en la lejanía, y ella irse donde su vecina la oiga para decir: “A mí no me compares con la mujer de nadie”. Igual en Facebook, alguien te agrega o viceversa, y ves que su muro está vacío, tras un tiempo empiezas a ver unas ganas inexistentes antes por ser activo en Facebook, te alegras, pero modestia aparte no dejas de ver un poco de imitación, eso sí, poco a poco intentan desmarcarse y si hablas de literatura intentan bajarte los humos sólo porque dices que “50 sombras de Grey” no lo es y lo comparas con García Márquez. Craso error. Aun admitiendo que tú has leído el best seller de falso sadomasoquismo, intentan tratarte de cultureta y pedante sólo por mencionar la palabra “literatura”. Te sientes violentado y pasas de seguir con un hilo de comentarios absurdo del tipo: “Sois muy malos los que intentáis aprender hortografía y que los demás la aprendan, los analfabetos tenemos derecho a espresarnos como querramos” (no debería haber puesto comillas, porque para algunos no son necesarias, y ahora dudo si cerrar paréntesis, ¿de verdad es necesario? PA’ QUE!!!!! Puesto que me sentí acobardamiento en el hilo de comentarios pondré aquí lo que para mí es literatura: es todo aquello que escrito en folio encuadernado, en un post-it, en un estado de facebook o en un tweet te provoque sensaciones, atmósferas, ambientes, evocaciones, y además en un ejercicio de economía eligiendo bien las palabras, combinándolas adecuadamente, te provoque un efecto que ni los cientos de páginas de E. L. James consiguen, porque ¿en qué se fundamenta el éxito de la obra de esta escritora? Sinceramente, me preocupa la vida íntima de todas aquellas a quien fascina esta saga de novelas, porque se evidencia por su maravillamiento que practican poco, y mal, y quien les acompaña en el lecho manifiesta mucha torpeza. Y eso le debe pasar a la “mujer morena de la cara picada”, que aunque de lejos podría pasar por la modelo de un cartel de fiestas patronales de cualquier ciudad andaluza de cerca y en la intimidad deja mucho que desear, y por eso en su casa no se genera contenido, ni en su lecho tampoco. Pero puede felicitarse, ha generado un post, no por sí misma, ya que para rellenar algo más de un folio a 12 puntos Times New Roman, he tenido que relacionar su mala educación, su acomplejamiento y su envidia con Facebook y “50 sombras de Grey”. ¡Leche! Y con García Márquez, el cual fue catalogado en su día como plagiario y escritor de best-seller, quien le diría entonces que su sola mención haría temblar los cimientos culturales de alguien como para reprochar a otro el no tener en consideración entretenimientos como “50 sombras de Grey”. Sirva desde aquí admitir que los inicios literarios pueden empezar por una novela de Corín Tellado o similares leída de la mitad para atrás, y esa sola mitad generar un interés por la lectura en general. Pero como cualquier lector sabrá se pasa por etapas, y los amoríos te son interesantes hasta que te enamoras, como la novelas de Sherlock Holmes y similares se te quedan escasas en misterio hasta que descubres la literatura en torno a los templarios y misterios arqueológicos y religiosos varios, etc. Pero a lo largo de tu trayectoria como lector descubres que hay escritores vivos que nunca te fallan, escriban lo que escriban, y uno de ellos es García Márquez, para mí el único. Pero como tributo al petardeo literario, porque sigue siendo letra, citaré un libro que me hizo pasar un rato amenísimo y reírme en cantidad por imaginarme a las protagonistas como si fueran Belén Esteban metida a policía y enrollada con un cirujano de prestigio, o sea, dos Belén Esteban: “Fue un beso tonto” de Megan Maxwell. Desde aquí un beso a Belén. Se puede ver/escuchar “Sálvame” -¡oh, horror!- y leer “Del amor y otros demonios”.

viernes, 14 de junio de 2013

Mujeres desesperadas o Marujas de competición

Hay una faceta para mí entre las mujeres que me resulta execrable, y es ese afán competitivo entre ellas por más amigas que sean. Y por más que pasen los tiempos y haya programas de telerealidad donde verse reflejados y reconocerse los defectos, por más que haya revistas con su correspondiente sección de psicología, así como revistas a la psicología dedicadas en su totalidad se siguen observando ejemplos de competencia entre mujeres que rozan y hasta se entregan al ridículo por competir con otras. Me contaban el caso ocurrido hace más de 30 años con motivo de una celebración en el pueblo. Alguien se compró un vestido y por enseñarlo y ser un pueblo pequeño acabaron en la misma boutique más de una docena de tías comprándose el mismo. Es una pena que nadie fotografiara el día de la celebración a todas ellas. Supongo que lo mismo sucede en esos ámbitos donde conviven mujeres y todas acaban menstruando a la vez, lo que quiere decir que ovulan a la vez, y para mí una explicación a esto y a lo de los vestidos es que todas buscan tener la misma oportunidad, al mismo tiempo, no perder ventaja; porque tras numerosos visionados de documentales y lectura de tratados al final el ser humano está diseñado para perpetuarse, cual virus, todo lo que pasa mientras lleva a buen término su progenie es poco importante.. Casos como este se dan en menor medida y por accidente en actos donde acuden famosos, o bodas de tronío. Pero este tipo de casos de copiar vestimenta o peinado son muy visibles, hay sucesos de competencia más soterrados, o poco reconocibles para el gran público. Un caso de competencia para mí incomprensible es el de mujeres, suelen ser más de una, que empiezan a interesarse por un tío justo cuando éste se echa novia, si para más INRI la novia es forastera, la cuestión se pone más enconada. Lo han tenido ahí toda la vida, pero sólo reparan en él cuando otra ha puesto sus ojos en él. A lo mejor existe una explicación antropológica para esto, y tal vez tendría que ver con que muchas mujeres en lugar de perder el tiempo en catas esperan que pase el periodo de prueba con otra para ver si sirve o no. Otra situación también que tiene que ver con el tema parejas es cuando un chico digamos de relumbrón en una cierta comunidad se lía con una chica gorda. Los comentarios son incalificables, llegándose a oír cosas del tipo: “Es muy gorda y fea para ti”, “es un trozo de carne con ojos (ignorando que esta expresión se aplica para describir a sujetos sin personalidad)”, “que pena que un chico tan guapo esté con una tía tan gorda como ésa”, todos estos comentarios suelen provenir del lado femenino, en cambio respecto de la chica gorda los tíos opinan así incluso ante el propio interesado: “tienes donde agarrar, de ahí no te caes”, “va a estar a buen regoviento con el pelo y las tetas que tiene”, y comentarios similares de dudoso gusto y de un evidentísimo sesgo machista. Esto nos llevaría a por qué en realidad las rellenitas, gordas o como se quiera llamar a todo ser con un buen recubrimiento de carne tienen más éxito a la larga que otro tipo de chicas. O por qué tíos que en realidad disfrutan más con una gorda acaban encadenándose a todo lo contrario porque supuestamente es lo que la sociedad aprueba y queda bonito. Pero sería otro post. Otra cuestión de competencia, y aquí es donde realmente se hablaría de “Marujas de competición” es el tema de las tareas domésticas. Se te puede dar el caso de llegar a un portal como vecino donde no hay mujer de la limpieza, ni turnos establecidos de limpieza porque no hay constituida una comunidad por dejadez. Tras un tiempo de observación, pongamos tres semanas, observas que pese a haber niños en ese portal y una tendencia a la zona adyacente al portal a acumular mierda por efecto de viento nadie hace la escalera, nadie te comunica si te toca hacerla, de tal modo que si llegas tal que en agosto en la zona adyacente al portal puedes contemplar una acumulación de hojas de platanero secas que más tarde comprobarás que llevaban allí más de 8 meses, probablemente desde el noviembre pasado, que es cuando suelen caerse y ser barridas y repartidas por el viento. Gran dilema: sigues el dicho “donde fueres haz lo que vieres” y permites q la mierda del portal se cuele por debajo de tu puerta, y cuando haya viento por tus ventanas cuando airees la casa al fregar los suelos, o pese a la convención te pones a limpiar. Impepinable, te pones a limpiar regularmente, para no sentirte idiota una vez por semana. Pero igual que tú observas te observan y de ese modo una mañana sientes un cepillo golpear los escalones de la del primero, y posteriormente el chorrear de la fregona en su cubo del agua. Bien, pero más adelante observas que no sólo limpia su planta, sino que limpia la tuya también, cosa que no entiendes porque antes no lo hacía, hasta que empiezan a llegarte comentarios de terceros, o los escuchas directamente. La ristra de comentarios de gente que nunca cogió una escoba hasta que llegaste: “Limpia fuera, pero dentro (su casa) no”. “Primero lo de dentro ¿no?”, haciéndose eco del comentario anterior y dirigiéndose directamente a la cuestionada maruja barrepatios. “La obligará el marido”. “La plaza de parking buena para quien se la trabaja (dicho por un sujeto que en cuanto retirabas el coche bajaba para ocupar tu plaza)”. “Es que si limpia nos deja por unos guarros”. “¿Por qué no limpia nuestro trozo? (refiriéndose al trozo de patio que ya no era adyacente al portal y pertenecía a otro bloque).” “Pa’ que no digan na', pa’ que no digan na (cantándolo para que lo oyera la interesada en pleno barrido de patio).” “Hoy no ha barrido, ji, ji, ji”, dicho por unos solteros con la puerta cubierta de polvo de cinco años que pese a variar en el piso de enfrente de la aludida ninguno ha preguntado cuándo le toca limpiar. Con todos estos comentarios, dichos por hombres y mujeres quiero entrar en otro asunto que he descubierto con toda rotundidad hace poco, y es que hay hombres “Marujas de competición”. En mi vergonzosa ignorancia creía que este rasgo de comportamiento era sólo femenino (mujeres/hombres con tendencias femeninas), pero no, como se podrá comprobar en los comentarios anteriores, algunos pronunciados por hombres. “Bueno, voy a entrar en el palacio de los pobres”, dicho por un tío cuyas finanzas están en manos de acreedores varios, todo porque al portal se le han puesto unas macetas. Del mismo sujeto se pudo escuchar ante el hecho de ser preguntado por cómo es que habían pintado los mueblecitos que cubrían los contadores y para tapar unos graffitis: “... ¡Cómo no tiene nada que hacer!”, esto dicho por un individuo que en su trabajo el 80% del tiempo lo pasa en el balcón de la oficina haciendo llamadas personales de las cuales cualquiera que pase por debajo puede conocer su contenido. Y que después sólo sale de casa para sacar al perro cuyas ñordas no recoge e incluso incita a mear en el patio objeto de los comentarios citados. Quien ha vivido en diferentes sitios de España sabe que esto no ocurre, y que si a mí me sucediese que alguien se ocupara de la higiene de una zona sin quejarse al menos me sentiría beneficiado. Pero no, las “Marujas de competición”, hombres y mujeres, quieren no hacer pero que nadie “manche” con su escoba su buen nombre. En la carrera hacia ese podio imaginario hay ejemplos para mí raros, como el de personas que aborrecen todo lo relacionado con libros, estudios, etc., personas que dejan correr los años sin ampliar su expediente académico, y un buen día tras convivir con una persona que sí estudia se les apetece estudiar. Por supuesto la inspiración para estudiar procede de alguien que saca buenas notas, y este pique motivador se da bastante entre parejas. Pongamos por caso el de un individuo que desde que opositó no ha incrementado sus logros académicos, se echa una novia preuniversitaria y ese mismo invierno va y se apunta a una academia para sacarse el Acceso a la Universidad. Caso aparte es el de una individua que admite públicamente que va a clases de nocturno para hacer relaciones sociales (como se verá en su conducta más adelante, y en el hecho de hacer de taxista a todo tío que se quiera montar en su pequeño utilitario, las relaciones que buscaba renovar eran con hombres), pero se empieza a picar con la Alumna Favorita del Profesor-Tutor Mengele (Mengele por lo de experimentar trucos torticeros para motivar al alumnado), porque el profesor es atractivo, tiene magnetismo, y le gusta hacer reír a la clase. Pasados dos cursos la Alumna Favorita puede encontrar llorando a la Sólo Vengo a Hacer Relaciones Sociales, porque está angustiada ante el hecho de no dar de si y suspender. Diversos estudios en los últimos años han encontrado en la envidia un factor clave de motivación e incluso de progreso. Sin competencia, no habría cambio a mejor. Y visto así está bien en el caso de los estudios, es positivo. Lo malo es cuando el envidioso no se limita a emular al emulado, o a superarle, sino que además procura eliminarlo, minarlo o anularlo, quizá en un intento de eliminar la causa de su frustración. Lo triste para el envidioso pertinaz es que cuando consigue eliminar a quien le causa envidia, o el comportamiento que considera que lo menoscaba, encuentra enseguida otra cosa que envidiar. Todos nos inspiramos en otros, pero acabamos encajando ese aspecto externo en nuestra vida y personalidad adaptándolo, el problema es cuando esa inspiración se centra en un individuo en concreto y se convierte en una obsesión por la copia, en querer sólo lo que tiene ese individuo. Siempre pienso en la razón por la cual un sujeto envidia a un sujeto próximo y no a García Márquez, a Picasso o a Albert Einstein; o sin irnos a tanta cultura no se envidia a Arguiñano o al de Bricomanía. Supongo que es por comodidad, luego el envidioso es también un vago. P.D.: En cuanto a las “Marujas de competición” ¿por qué ninguna se compara e inspira en Bree Van de Kamp –“Mujeres Desesperadas”, la pelirroja, para los no seguidores de la serie-.