Un aspecto de la amistad es la interrupción de la misma justo cuando acaba de empezar. Podría denominarse "amistad incipiente interrumpida", no finalizada, porque la vida da muchas vueltas y nunca se sabe si esa amistad o cualquier otra, pese a las razones de su ruptura, se reanude.
La dulce amiga
Puedes encontrarte por azar en uno de esos destinos que te depara el mundo laboral conocer a alguien que fue tu vecina, pero en la época que lo fuisteis no os cruzasteis. Los descansos dan para conocerse lo suficiente para saber y más a cierta edad si conectas. Puede que esa persona te parezca perfecta, pero ambas os conozcáis en un momento inadecuado de la vida. Una por arrastrar una desconfianza y rezumar aún problemas pasados sin resolver, la otra por un padecimiento suyo no poder soportar el escuchar problemas. Totalmente en serio, es absolutamente cierto que la mente en ciertas ocasiones no pueda tolerar el escuchar problemas ajenos, en especial si la persona que los escucha es especialmente empática y a buen seguro este era el caso. Es horrible que te caiga muy muy bien una persona y por circunstancias no poder llegar a relacionarte con ella. En una relación es difícil no hablar de lo que te preocupa y morderte la lengua no es fácil. Cada cual respetó a la otra y en el tiempo que coincidieron se relacionaron, incluso la de los muchos problemas echó una mano en un problema erótico-moral a la otra, o eso intentó respondiendo según su experiencia y con toda la cautela del mundo.
Tan sólo hubo un problema, una vez más por la cena de despedida: la niña que no podía escuchar problemas había reservado y al final se decidió ir de tapas, la de los problemas apoyó a la mayoría y la otra se sintió perjudicada.
"Es que voy a quedar fatal. ¿Y si yo quiero ir a ese restaurante con mi novio?". Tenía toda la razón, pero la mayoría es así.
Con todo aún existe una cinta de cassette en cuya carátula se puede leer lo más bonito que le hayan dicho nunca a la de los muchos problemas, y además con una de las letras más perfectas que haya podido ver.
A veces lo mejor es aceptar y respetar, darte a conocer no es lo mejor que le puede pasar a la persona que aprecias o por la que sientes amistad. Y sin embargo, pese a los años, igual que una se acuerda la otra seguro que lo hará también en muchas ocasiones. Pero no hay Facebook que valga para buscar a una persona entre tantas que se llaman igual. Quizá si no se ofendió por la ausencia de contacto se acaben encontrando.
La amiga rodeada
Hay razones que aunque parezcan absurdas así contadas impiden que profundices en una amistad o en lo que parece podría ser una amistad. Tal vez cerca de donde vives conozcas a una chica majísima, con la que un día te decides a hablar porque crees que se está cometiendo una injusticia machista con ella y a raíz de ello comenzáis a saludaros afectuosamente y hasta volvéis a hablar alguna que otra vez.
Pero alguna que otra vez, porque hay infinitas razones con patas y rabo que te lo impiden. Y es que conozcas a una de esas raras chicas que aunque asediadas por sus pretendientes no se lo tengan creído y hasta sean una pizca marimacho, pero esos mismos pretendientes no paran de hasta hacer cola para saludarle, hablarle y todo lo que puedan conseguir. Y es que es curioso que los mismos cuyas babas pueden llegar a llenar un pantano próximo, son los que a sus espaldas la ponen a parir diciendo los mismos asquerosos tópicos machistas que suelen decirse de una chica agraciada físicamente y que despierta expectación y además la digiere de un modo muy diplomático. Claro que se puede ser muy diplomática hasta que las babas de alguno te ahogan cuando pretende a toda costa ser el elegido de la corte de estúpidos que la persiguen. Y el individuo puede llegar a aullar borracho su amor no correspondido. Y hasta puede que por despecho el individuo dé un ultimátum a un rollo con el que nunca termina de romper para que ella se vaya a vivir con él y así pasear su fingido amor y creer que con ello apaga las risas de quienes lo saben todo y da bofetadas de orgullo herido en la cara de su bellísima amada. Pero hay gente que sabe Dios qué pecados cometió que nunca acierta en sus decisiones y si antes ponían de promiscua a la bellísima, se dedican a especular sobre el origen de la novia-ultimátum, y claro en boca de hombres y si una chavala gusta, el origen para esas bocas de hiena sólo puede ser uno: extranjera y prostituta. Y es que especular es gratis, da igual que no den ni una, y no sepan de la misa la mitad, pero la envidia machista es así, si no pueden obtener aquello a lo que su rabo aspira, pues lo ensucian con sus babas repletas de hiel y heces.
La especulación es una cosa seria, y a la vez digna de ser analizada en los congresos de chistes del mundo, porque no se pueden oír más desatinos en la boca de un hombre soltero o hambriento, ocioso y malvado además de machista que suele ser lo mismo en realidad.
Y es que debe ser una maldición ser guapa, porque los mismos que dan ventaja por poseer belleza son los que si no se ven recompensados por la bella en cuestión mancillan su honor, su fama y su buen nombre a costa de la distorsión, la intoxicación y la mentira más escandalosa.
Y no debería ser como muchas veces se ve que a una tía sólo por ser guapa se le guarden las distancias de antemano, pero no lo suficientemente lejos como para no poder criticarle y que se acabe enterando. Lo que le sucede a las mujeres bellas no es culpa de ellas, no hay razón para convertirse en antipática sólo para no dar que hablar. Una puede ser compañera y amiga de hombres y no por ello ha de encasquetársele la fama de que se los tira a todos. ¿Alguno de los bocazas ha estado debajo de su cama?
Lo cierto es que para ser amiga de una guapa tienes que abrirte paso a codazos entre los aspirantes para quedar a tomar café, y lamentablemente eso no está siempre en las prioridades de una. Será en otra vida, porque debajo de esa belleza cegadora –al menos en ese entorno- se adivina una persona profunda, inteligente y de buenos sentimientos, los cuales se han visto en su trato, pese a que no se los valoren porque no eran esos los sentimientos que querían despertar.
La amiga correcaminos
Existen personas que tienen obligaciones muy superiores al resto, da igual como han llegado a adquirirlas el caso es que las tienen. Son personas que han pasado directamente de la adolescencia a la madurez de traer y criar al mundo varios seres humanos y esto al margen de lo valioso que es, es precisamente lo que hace que este tipo de personas no tengan el suficiente mundo y se vean supeditadas a gente manipuladora, aprovechada y sumamente desleal.
Te puede simpatizar y quizá en ello medie un poco la compasión o una cierta identificación por tu historia pasada. Un día habláis, rompéis el hielo. Pero hasta ahí. Te decides a continuar el trato y con la excusa de un viaje llevas regalos a sus hijos y de paso hablas con ella, mientras tiende la ropa, vigila a su bebe con el oído y termina de atender a una vecina. Es impepinable que molestas, que perturbas su rutina diaria y te retraes de visitarla, y ella lógicamente tampoco lo hace por sus múltiples ocupaciones o porque no se ha llegado a dar ese momento en el recorrido de la amistad en el que no pasa nada si te presentas sin avisar.
Pasa el tiempo, y hasta la ves pasar por tus ventanas, pero no eres de las que dan bocinazos y permite que su conversación sea escuchada por más de un par de oídos.
Y como dije en alguna entrega, no basta con querer ser amiga, se tienen que dar mil circunstancias para que ese sentimiento amistoso prospere y no se vea perturbado, por ejemplo, por insidias y gente con mucho veneno que no vive sino para intentar reírse de los que cree inferiores porque creer eso y reírse de ello le sube la autoestima tan miserable que tiene; o por gente que tiene mucho que tapar a esa amiga y cree que tú vas a abrirle los ojos a la puta realidad.
Finalmente todo se queda en un stand-by. Dios dirá.
Nota: Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
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