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viernes, 28 de agosto de 2015

Escritor a tiempo completo: una profesión de lujo al alcance de muy pocos

Llevo ya unos años con este blog. Pasadas las 64.000 visitas, con más de 100 entradas en su haber, sin contar con las de otros blogs que tengo, y algunas que borré por algún acojone del momento o la poca pertinencia de la misma leída en frío, porque normalmente escribo en caliente, cosa que actualmente intento evitar haciendo borradores a mano, lo cual tiene el inconveniente de que subes las entradas con bastante retraso con respecto a su confección. Esas visitas no reflejan en absoluto lecturas completas de las entradas, pero querrán decir algo.
La mayor parte de las entradas tienen una extensión considerable, si las reuniera en un libro podría autopublicarme, pero... ¿quién lo leería?
Ahora la autoedición, gracias a Amazon, entre otros, está muy de moda. Hay libros que logran pasar de la edición digital al papel debido a su éxito, medido éste en número de descargas a un bajísimo o nulo precio según la promoción del momento. Entiendo que esto sucede porque el contenido del libro gusta. Conste que estamos hablando en todo momento de descarga legal.
Pero también hay gente que cree que es honesto suplicar que le compres su libro. Puede que escriba esto porque tenga un día de orgullo subido, pero es tan lastimoso leer a alguien suplicar, entrada de blog mediante, que le compren su libro gestionando el envío por correo... es lícito, y hasta recomendable darlo a leer, pero si pasado un tiempo no te lo demandan por algo será.
Siempre he pensado que los libros que trascienden el tiempo y los espacios geográficos lo hacen porque así lo merecían. El éxito de una obra no depende para mí de las campañas publicitarias, ni de los sospechosos rankings de centro comercial, ni las cifras de ventas, depende de que la gente de a pie lo recomiendo a otra porque lo ha leído y le ha gustado.
Amigo escritor, amigo autoeditor, no me voy a gastar 10 euros en tu libro. No sé si tu primer libro. Desengáñate, ni los escritores consagrados viven únicamente de los frutos de lo que escriben. Cógete la lista de los premios Planeta, por hablar de unos premios esencialmente comerciales, e indaga en la situación actual de cada uno.
¿No leíste hace unos meses la entrevista a Ángeles Caso? ¿No leíste al final de ese artículo la lista de literatos acuciados por las deudas?
Para ahorrarte lectura sólo te recomendaré que examines el caso de Lucía Etxebarría. ¿Crees que alguien con ese ego descendería a entrar en un casposos reality si no fuera por estar en unas circunstancias muy desesperadas?

Este debió ser el caso de Isabel Pisano, el primer fenómeno extraño de escritora participante de reality. Ahora creo comprenderlo, ¡ah!, ¿no lo recordais? Yo la conocí primero como actriz en la mítica "Bilbao" de Bigas Luna,  más tarde conocí su faceta como escritora y si no recuerdo mal participaba en algunas tertulias, donde también quedó reflejada su vivencia personal y periodística con Arafat.

Fíjate en las dos, en Etxebarría y Pisano, mira todo lo que han tenido que hacer para sostener su estatus de literatas.
Ser escritor y vivir de ello son dos cosas dificilmente coordinables, en raras ocasiones alguien lo ha logrado: Stephen King, alguien tan prolífico que sus editores tenían que pararlo y hasta crearle seudónimos con los que aprovechar su proverbial "diarrea de teclado". Pero los casos más abundantes son de escritores que aun viendo publicada su obra en vida, muchos hay que ni siquiera eso: John Kennedy Toole, pese a lo que pone en el artículo de Wikipedia al que he enlazado el nombre de este escritor una reciente biografía desmiente que el motivo del suicidio fuera el rechazo del manuscrito (pinchar en "reciente biografía" para leer la entrevista con el biógrafo).
Más ejemplos de paradigmas de escritores poco o nada publicados como Franz Kafka, destaco este fragmento de su artículo de Wikipedia:
"Kafka sólo publicó algunas historias cortas durante toda su vida, una pequeña parte de su trabajo, por lo que su obra pasó prácticamente inadvertida hasta después de su muerte. Poco antes de su muerte, le dijo a su amigo y albacea Max Brod que destruyera todos sus manuscritos. Brod no le hizo caso y supervisó la publicación de la mayor parte de los escritos que obraban en su poder. La compañera final de Kafka, Dora Diamant, cumplió sus deseos pero solo en parte: guardó en secreto la mayoría de sus últimos escritos, entre ellos 20 cuadernos y 35 cartas, hasta que la Gestapo los confiscó en 1933. La búsqueda de los papeles desaparecidos de Kafka aún continúa a escala internacional."

De la literatura no se vive. La literatura se malvive, se ama y se odia, se sufre, se lee, se practica, se persigue, te sale o no te sale. El flujo de tinta se conecta al flujo sanguíneo y el bolígrafo parece estar fundido a tus dedos. La literatura, la escritura, es como el amor. No se busca, él te encuentra, pero si te encuentra escribiendo mucho mejor. Y una vez te ha encontrado te da momentos escasos de arrebatadora pasión, aunque intensos, y oceános de tiempo de dudas y arrepentidores sinsabores.
Amigo, no supliques lectores, no mendigues compradores. Ama lo que escribes, goza mientras escribes como yo ahora mismo. Después, ofrece al mundo tus bucles sobre el papel, tal vez la Fortuna te sonría, y alguien, leyendo, goce tanto como tú escribiendo. Tal vez, esa persona que gozó quiera compartir su disfrute con otros y andando el tiempo se te compensará. Ofrece, pero no mendigues.

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