Dada mi anterior entrada
me parece pertinente subir ésta que llevaba mucho tiempo procastinada.
Viendo la película “La
cuarta fase” me encuentro una reflexión de la protagonista que yo misma me he
hecho muchas veces al dar con escépticos pertinaces:
“Si tantas personas
cuentan ver lo mismo ¿por qué en estos temas no se acepta su testimonio como sí
se haría en un juzgado con respecto a un robo o a un asesinato?”
Más o menos viene a ser lo
entrecomillado. Ser escéptico cuando lo paranormal se pone de moda es casi una
profesión, diría que hasta una religión. Uno puede ser escéptico en su casa, en
su barrio, pero estos escépticos son especialmente combativos y tienen una alta
dosis de afán de acaparar atención. Pero también está el escéptico cotidiano,
el doméstico, que ve una ocasión de oro de quedar intelectualmente por encima
de ti al sacar estos temas si los niega sin más, despreciando totalmente los
testimonios por millares que hay sobre OVNIS y fenómenos paranormales diversos.
Curiosamente son personas que fueron o son muy fans de películas de terror, que
te transmitían leyendas urbanas como la de Verónica y sus tijeras.
También se me ocurre otro
motivo por el que alguien con cargo conocido dedique su tiempo libre a
ridiculizar, a negar, a fomentar la negación más allá de la duda de estos fenómenos, y es que en el mundo profesional de la tertulia hay espacios muy solicitados y
normalmente sólo queda la vacante áspera y antipática del asunto para ocuparla
como contertuliano.
La manera de negar esta
cuestión, roza con frecuencia la ilógica, a menudo dan explicaciones a
avistamientos que son más surrealistas e increíbles que la versión en
entredicho.
A no ser que estos
profesionales del Escepticismo Combativo en sus argumentaciones aporten
certificados médicos acreditando un trastorno psíquico de todos y cada uno de
los que relatan experiencias de este corte, un testimonio será tan o más válido
que cualquier pataleta de los escépticos sin más. Y es que negar esto es tan fácil,
ponerse supuestamente del lado de la ciencia da ya carta de credibilidad aunque
tras esa postura tan aparentemente ortodoxa no haya ningún trabajo. Si ves la
participación de ciertos escépticos de relumbrón notarás que no miran a un
papel, que por tanto, no han tomado notas previas, que sus argumentos
negacionistas son los mismos para el OVNI avistado por un campesino, que para
el avistado por un aviador y además si les ves al cabo de unas semanas en otro programa te sueltan lo mismo aunque sean casos relacionados con fantasmas.
Los testigos de un fenómeno
paranormal o ufológico por lo general no suelen participar, si dan su
testimonio lo hacen a regañadientes, y quienes acceden lo hacen llevados por la
magnitud del fenómeno (sólo hay que ver como lo relatan); en todos los casos el
temor a ser señalado, ridiculizado es patente, tanto como para guardarse el fenómeno
para si, o sólo contarlo a gente de confianza.
Más allá del tema
testimonios, hay algo claro en relación a estos escépticos de relumbrón
avalados por algún título o cargo científicoacadémico, y es que si son tan
profesionales ¿por qué no investigan el caso con sus medios y su perspectiva?
Es que llega todo a un extremo tan absurdo que lo que hacen estos señores es
como si fueras al médico le contases los síntomas que padeces y como ellos no
saben a qué enfermedad obedecen pensasen que la enfermedad no existe y te
mandaran a casa sin tratarte tan siquiera los síntomas (Gregory House no lo haría).
Reconozcan señores
escépticos de todo corte, que ni ustedes ni yo poseemos la capacidad precisa,
los instrumentos adecuados para analizar y mesurar el fenómeno en sus causas. Si
tan siquiera lo intentan, negarlo sin más no es aceptable, no es serio.
Si llegamos a la
conclusión que sin antecedentes de mentira o locura no se pueden negar
testimonios, ¿cómo se puede negar un fenómeno cualquiera tan extenso a lo largo
del tiempo y en número? Me parece muy osado, viniendo de un científico, hacer
esto.
Llegados a este punto, no
viene mal recordar que llamar mentirosa a la gente, sin pruebas de que lo sean,
es una injuria, ya no digamos dejar caer que padecen un trastorno psiquiátrico
sin tener una prueba médica de ello. Pues sí, hay escépticos profesionales que
hacen esto, esta es su metodología.
Yo no puedo demostrar
nada, cuando digo nada es nada, no tengo instrumentos para el estudio, ustedes,
científicos, creen esos instrumentos, esos métodos para llegar a la raíz de un
asunto que no se puede negar por mero empeño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
La responsabilidad legal del contenido de los comentarios es única y exclusivamente de quien los redacte. Y para evitar que alguien sobrepase esta norma elemental se moderarán.