Con qué estilo se puede decir que vaya mierda de política empresarial que tiene el Grupo Prisa. Cómo con un final de liga, una final de Champions y un Mundial prometedor para la Selección Española se puede prescindir, por los motivos que sea, de un profesional tan competente, tan irremplazable, tan irrepetible. Ya puede haber caído la bomba atómica en Gran Vía, 32, porque resulta inexplicable humanamente, empresarialmente, informativamente.
Humanamente porque Paco González ha dejado en esos estudios mucho más que profesionalidad, ha contribuido a crear una conexión con sus compañeros, un clima, una atmósfera que era contagiada al resto de los oyentes que llegaron a ser millones. Porque a ver como explica el Grupo Prisa que señoras que si no odian el fútbol pasan bastante de él sintonicen los sábados por la tarde Carrusel Deportivo.
Empresarialmente sobra explicar el daño que perder un valor tan consolidado como Paco González supone después de dejarse más de dieciocho años tras la espuma amarilla, y si lo han mantenido ese tiempo por algo será, no porque ese grupo empresarial se caracterice por hacer obras de caridad dando a un pobre matao un hueco para dirigir retransmisiones deportivas unos ratitos los sábados, domingos, etc.
Informativamente no se puede entender que un grupo empresarial que se dedica a la comunicación por entero deje a la especulación de otros las causas verdaderas de por qué ha sucedido una catástrofe como ésta.
Si esto fuera poco, un error como éste aparentemente tan incontrolado, de rebote genera un malestar profundísimo en el resto de miembros del equipo que encima son como Pepe Domingo Castaño, un valor histórico, causando con este actuar tan opaco y sin sentido que demás miembros del equipo se sientan tan a disgusto que se quieran marchar.
Observado desde fuera el comportamiento con los periodistas estrella o puntas de esa empresa históricamente ha sido esmeradísimo, supongo que se debía a que eran superconscientes de que los periodistas eran su materia prima, porque la información se da la misma de muchos modos, sitios y por muchas personas, pero pocas son aquellas que consiguen captar de modo constante la atención de un oyente o un espectador. Dios, ¿qué ha pasado?
¿Habría pasado esto mismo de seguir con vida el fundador del Grupo Prisa? Lo dudo. A continuación se reproduce la carta que colgó Don Paco González a sus seguidores en una página de apoyo en Facebook:
"Iré al grano. Hoy por desgracia se ha terminado todo. Me evito pormenores y tecnicismos.
Han sido 23 años y uno siente que esa es su casa como uno siente que ese es su pueblo, no como una propiedad sino como un sentimiento. Pero se acabó. De todas las cosas que quiero decir la más importante es que la palabra GRACIAS no sirve para expresaros lo que siento. A vosotros y a todos los que me han hecho llegar su cariño. Es una mezcla de "Pero ¿Cómo me van a querer así?" con "Paquito no leas más que lloras". Os juro que tengo los pies en la tierra y que soy de los que piensan que hoy eres Paco González y dentro de un mes eres "Paco Qué?" y pasado el tiempo eres "aquel chico tan majo cómo se llamaba?" Pero me da igual. Vuestro cariño me lo llevo puesto para toda la vida. Eso ya no me lo quita nadie. Ni vuestras inolvidables palabras sobres mis compañeros.
No puedo hablar mucho de mi futuro profesional. Simplemente buscaré un sitio para ser feliz a ser posible con la gente que me hace feliz. Porque tras una semana llena de emociones trato de tomar el control y pensar que la vida es muy corta para estar amargado, para mirar atrás o para recordar los aspectos feos de la despedida. Eso sí, tengo una memoria extraordinaria para lo bueno... jamás olvido a quien me hace un favor, a quien me quiere o a quien me quiso; así que todos los maravillosos mensajes que he podido leer estos días y a quienes por desgracia no he podido responder individualmente, deben saber que han llegado al lugar del que no se moverán nunca (me resulta demasiado poético para mí decir al corazón).
Y no me enrollo mucho más. Mis compañeros de la SER saben que no les olvidaré nunca. Mis compañeros de profesión se han portado como no os podéis ni imaginar. Todos ellos están invitados a la fiesta. Y vosotros también.... ¿Que Fiesta?... pues la que habrá que organizar porque estamos vivos, tenemos ilusión y ganas de ...seguir, ¿no?
Y termino con una petición (encima pidiendo)... allá va... tengo un compañero que lo está pasando mal. Manolo. Entiendo perfectamente las críticas que ha recibido y el dolor que produce cualquier burla a los más necesitados. Tanto Manolo como yo provenimos de familias humildes y trabajadoras. Conozco a Lama desde hace 24 años. Por Dios, haced comprender a quienes le critican que un error lo tiene cualquiera, que él jamás quiso que un donativo de un niño acabara en una patochada...
Y que os juro que todo lo que hay en mí con capacidad para juzgar a alguien, me dice que Manolo es por encima del buen compañero, del buen amigo y del chulito que aparenta.....UNA BUENA PERSONA.
Por hoy es todo. En los próximos días tendré que contaros algo. Si disolvéis la página pues en otro sitio.“
POSTDATA PARA PEPE.... de tantos años como te estuvimos pidiendo PEPE UN PURITO, al final me lo han metido. Un abrazo a todos.
Que sí coño…. que soy yo…. a que digo lo de resultados de los equipos representativos… o lo de Euskal Herriko txirrindulari Itzulia. AAAAAAAAAAAhhh MUY IMPORTANTE…. lo de Carrefour es mentira…. no había nada previsto allí… no montéis pollo….. Bueno, lo mejor es que no montéis pollo ni allí ni en ningún sitio… si ya no hay vuelta atrás…. y yo os voy a querer igual."
Todos los días nos ocurren cosas que nos cohibimos de contar por cualesquiera motivos, todo el mundo quiere oir algo bueno y bonito. Aquí escribo lo que quiero y si alguien quiere algo bueno y bonito que lo busque en otra parte.
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martes, 25 de mayo de 2010
lunes, 24 de mayo de 2010
kalle, el mendigo y las supuestas humillaciones de Manolo Lama
Con motivo de una final futbolística Manolo Lama se desplazó a Hamburgo y en una de sus conexiones con el informativo de Cuatro tuvo a bien elegir un lugar junto a un mendigo que posteriormente se ha averiguado que se llamaba Kalle ¿triste predestinación?
Quien sigue a Lama tanto en la radio como en la tele sabe de sobra que es un tipo campechano y absolutamente natural tanto que me atrevería a jurar que no conoce la doblez, ni prevé la malicia con que otros puedan interpretar en su contra sus actos.
Durante la conexión estaba acompañado de aficionados atléticos pertrechados con el merchandising de su equipo. En un momento dado Lama invitó a los aficionados a vaciar sus bolsillos en el plato que el ahora Kalle, antes conocido como el mendigo, tenía al efecto.
Kalle miraba ojiplático, lógicamente no entendía a esos extranjeros, probablemente al ver que eran hinchas de algún equipo pudo sentir miedo, y con gesto muy serio no paraba de mirar al periodista y su micrófono. El señor estaba allí sentado cubierto de cartones que le protegían de la intemperie y para darse calor abrazaba a su perro que asomaba la cabeza por debajo de una oscura manta. Kalle aparentaba seguramente más edad de la que tenía, pero a buen seguro no llevaba una sola semana en la calle. Ante su improvisada tienda de cartones tenía un cartelito también de cartón en pie, escrito seguramente en alemán, en España si alguien se sienta en la vía pública y se cubre de cartones, se hace acompañar de un perro y ante sí coloca un plato y un cartel se interpreta que está pidiendo dinero. Lama obró y pidió que los aficionados fueran generosos, quizá no lo hicieron con la mejor de las actitudes, pero siendo un día festivo para ellos el humor predominante era el que era. Quizá Manolo Lama pecó de ingenuo, o quizá para los miembros de un programa radiofónico como Carrusel Deportivo está viniendo una mala racha que también se quiso llevar por delante no sólo a Paco González, sino también a él.
Si alguna pega tiene la acción de Manolo Lama no es otra que no pedir permiso al mendigo para hacerlo aparecer en imagen. Sin embargo, una enorme oleada de linchamiento moral no para de cebarse repitiendo que lo que Lama hace con toda intención es reírse de kalle, el mendigo hamburgués. Mentes preclaras vigilantes de la moral pública dicen que el mendigo se sintió humillado, vaya, debe ser que es lo peor que le ha pasado en su experiencia petitoria en las calles. Qué va a decir el mendigo si los enemigos de Lama se prestan a preguntarle.
Hace una semana opiné en relación a uno de los muchos vídeos que unos internautas escandalizadísimos han colgado. Entre otras cosas que ya pongo aquí puse que si yo fuera el mendigo lo humillante para mí –dentro de que la humillación mayor ya la sufrí cuando fui a parar a la calle- es el poco dinero que echaron. Esto me ha valido que esas caritativas gentes que defienden a Kalle y se conduelen con él de la supuesta gran humillación que Lama le ha infligido me deseen que yo acabe de mendigo también, qué caritativo, opinar distinto hace que esa masa enfervorecida en linchar al deportivo periodista me desee ver destruida en la calle, le faltó añadir que me deseaba que una vez cumplido su mal deseo de verme como mendiga me viniera un Lama y me grabara echándome dinero.
Pues bien vale un pobre mendigo para hacer leña de un periodista porque en este país según lo observado el comportamiento a seguir con un mendigo es ignorarle, con mucho respeto, pero ignorarle, porque en este país nadie mira a los ojos a alguien que pide no sea que se tenga que arañar la pelusa de sus bolsillos para buscar un céntimo con que rellenar esa mano vacía que se tiende a nuestro paso a la salida del Lidl, del metro o donde sea.
Y para los que me deseen que acabe en la calle por opinar que Lama obró sin malicia, les sorprendería saber que en la vida se viven situaciones en las que has de vivir de una cierta caridad, en las que nadie te da trabajo, pero no te reconocen las causas por las que no te lo dan y por lo tanto no se te da opción ni siquiera a pedir la pensión correspondiente a lo que te hace inútil para trabajar porque nadie te quiere reconocer los motivos por los que no te dan trabajo. A veces no acabar como mendigo puede depender sólo de la buena voluntad de una sola persona, porque si dependiera del resto del mundo no podrías recurrir sin trabajo, ni a la prostitución ni a la mendicidad, porque pese a las negativas nada logra agachar tu cabeza y no tienes esa dosis arrodillatoria que hace que alguien se apiade de ti para darte trabajo o para darte una limosna. A veces pidiendo trabajo te pueden hacer llegar a sentir que pides limosna y no el puesto vacante que a lo mejor haya libre y para el que a lo mejor la persona está preparada a tope.
Desde aquí gracias a la persona que por amor o por caridad ayuda a las personas a las que se margina sin oficial causa aparente y ni siquiera el Estado les ampara.
En este país hay causas de marginación no recogidas por los organismos correspondientes contra las que, por tanto, no se lucha. En este país hay gente que decide que ciertas personas pese a su preparación no pueden ejercer ciertos trabajos por unas ciertas razones físicas sean las que sean, pero claro queda poco bonito poner en el anuncio lo que no se quiere por eso sustituyen eso por la ambigua frase “se requiere buena presencia”, que no consiste visto lo visto en ir aseado, arreglado, vestido adecuadamente y peinado además de maquillado si eres mujer. Aquí finalizo o acabaré contando “Yo soy Betty la fea”. Pero a propósito, ¿qué hubiera sido de Betty si los celos de la novia de su jefe no hubieran provocado la contratación de una secretaria fea para que se tranquilizara?
Volviendo al tema de inicio y deseando que la caridad que es mucho más que dar limosna domine nuestros corazones ahí va un fragmento de la carta que apareció en Facebook de Paco González, un tio que como Lama no lo está pasando bien y aún así se acuerda de un compañero, incluyo el fragmento en el que le menciona aunque yo no esté de acuerdo con su visión del asunto:
"Y termino con una petición (encima pidiendo)... allá va... tengo un compañero que lo está pasando mal. Manolo. Entiendo perfectamente las críticas que ha recibido y el dolor que produce cualquier burla a los mas necesitados. Tanto Manolo como yo provenimos de familias humildes y trabajadoras. Conozco a Lama desde hace 24 años. Por Dios, haced comprender a quienes le critican que un error lo tiene cualquiera, que él jamás quiso que un donativo de un niño acabara en una patochada...
Y que os juro que todo lo que hay en mi con capacidad para juzgar a alguien, me dice que Manolo es por encima del buen compañero, del buen amigo y del chulito que aparenta.....UNA BUENA PERSONA."
Este fragmento lo he obtenido gracias al blog de radiochips, aquí tenéis el enlace:
Leer más: http://radiochips.blogspot.com/2010/05/se-acabo-paco-gonzalez-definitivamente.html#ixzz0osU3pkHZ
Quien sigue a Lama tanto en la radio como en la tele sabe de sobra que es un tipo campechano y absolutamente natural tanto que me atrevería a jurar que no conoce la doblez, ni prevé la malicia con que otros puedan interpretar en su contra sus actos.
Durante la conexión estaba acompañado de aficionados atléticos pertrechados con el merchandising de su equipo. En un momento dado Lama invitó a los aficionados a vaciar sus bolsillos en el plato que el ahora Kalle, antes conocido como el mendigo, tenía al efecto.
Kalle miraba ojiplático, lógicamente no entendía a esos extranjeros, probablemente al ver que eran hinchas de algún equipo pudo sentir miedo, y con gesto muy serio no paraba de mirar al periodista y su micrófono. El señor estaba allí sentado cubierto de cartones que le protegían de la intemperie y para darse calor abrazaba a su perro que asomaba la cabeza por debajo de una oscura manta. Kalle aparentaba seguramente más edad de la que tenía, pero a buen seguro no llevaba una sola semana en la calle. Ante su improvisada tienda de cartones tenía un cartelito también de cartón en pie, escrito seguramente en alemán, en España si alguien se sienta en la vía pública y se cubre de cartones, se hace acompañar de un perro y ante sí coloca un plato y un cartel se interpreta que está pidiendo dinero. Lama obró y pidió que los aficionados fueran generosos, quizá no lo hicieron con la mejor de las actitudes, pero siendo un día festivo para ellos el humor predominante era el que era. Quizá Manolo Lama pecó de ingenuo, o quizá para los miembros de un programa radiofónico como Carrusel Deportivo está viniendo una mala racha que también se quiso llevar por delante no sólo a Paco González, sino también a él.
Si alguna pega tiene la acción de Manolo Lama no es otra que no pedir permiso al mendigo para hacerlo aparecer en imagen. Sin embargo, una enorme oleada de linchamiento moral no para de cebarse repitiendo que lo que Lama hace con toda intención es reírse de kalle, el mendigo hamburgués. Mentes preclaras vigilantes de la moral pública dicen que el mendigo se sintió humillado, vaya, debe ser que es lo peor que le ha pasado en su experiencia petitoria en las calles. Qué va a decir el mendigo si los enemigos de Lama se prestan a preguntarle.
Hace una semana opiné en relación a uno de los muchos vídeos que unos internautas escandalizadísimos han colgado. Entre otras cosas que ya pongo aquí puse que si yo fuera el mendigo lo humillante para mí –dentro de que la humillación mayor ya la sufrí cuando fui a parar a la calle- es el poco dinero que echaron. Esto me ha valido que esas caritativas gentes que defienden a Kalle y se conduelen con él de la supuesta gran humillación que Lama le ha infligido me deseen que yo acabe de mendigo también, qué caritativo, opinar distinto hace que esa masa enfervorecida en linchar al deportivo periodista me desee ver destruida en la calle, le faltó añadir que me deseaba que una vez cumplido su mal deseo de verme como mendiga me viniera un Lama y me grabara echándome dinero.
Pues bien vale un pobre mendigo para hacer leña de un periodista porque en este país según lo observado el comportamiento a seguir con un mendigo es ignorarle, con mucho respeto, pero ignorarle, porque en este país nadie mira a los ojos a alguien que pide no sea que se tenga que arañar la pelusa de sus bolsillos para buscar un céntimo con que rellenar esa mano vacía que se tiende a nuestro paso a la salida del Lidl, del metro o donde sea.
Y para los que me deseen que acabe en la calle por opinar que Lama obró sin malicia, les sorprendería saber que en la vida se viven situaciones en las que has de vivir de una cierta caridad, en las que nadie te da trabajo, pero no te reconocen las causas por las que no te lo dan y por lo tanto no se te da opción ni siquiera a pedir la pensión correspondiente a lo que te hace inútil para trabajar porque nadie te quiere reconocer los motivos por los que no te dan trabajo. A veces no acabar como mendigo puede depender sólo de la buena voluntad de una sola persona, porque si dependiera del resto del mundo no podrías recurrir sin trabajo, ni a la prostitución ni a la mendicidad, porque pese a las negativas nada logra agachar tu cabeza y no tienes esa dosis arrodillatoria que hace que alguien se apiade de ti para darte trabajo o para darte una limosna. A veces pidiendo trabajo te pueden hacer llegar a sentir que pides limosna y no el puesto vacante que a lo mejor haya libre y para el que a lo mejor la persona está preparada a tope.
Desde aquí gracias a la persona que por amor o por caridad ayuda a las personas a las que se margina sin oficial causa aparente y ni siquiera el Estado les ampara.
En este país hay causas de marginación no recogidas por los organismos correspondientes contra las que, por tanto, no se lucha. En este país hay gente que decide que ciertas personas pese a su preparación no pueden ejercer ciertos trabajos por unas ciertas razones físicas sean las que sean, pero claro queda poco bonito poner en el anuncio lo que no se quiere por eso sustituyen eso por la ambigua frase “se requiere buena presencia”, que no consiste visto lo visto en ir aseado, arreglado, vestido adecuadamente y peinado además de maquillado si eres mujer. Aquí finalizo o acabaré contando “Yo soy Betty la fea”. Pero a propósito, ¿qué hubiera sido de Betty si los celos de la novia de su jefe no hubieran provocado la contratación de una secretaria fea para que se tranquilizara?
Volviendo al tema de inicio y deseando que la caridad que es mucho más que dar limosna domine nuestros corazones ahí va un fragmento de la carta que apareció en Facebook de Paco González, un tio que como Lama no lo está pasando bien y aún así se acuerda de un compañero, incluyo el fragmento en el que le menciona aunque yo no esté de acuerdo con su visión del asunto:
"Y termino con una petición (encima pidiendo)... allá va... tengo un compañero que lo está pasando mal. Manolo. Entiendo perfectamente las críticas que ha recibido y el dolor que produce cualquier burla a los mas necesitados. Tanto Manolo como yo provenimos de familias humildes y trabajadoras. Conozco a Lama desde hace 24 años. Por Dios, haced comprender a quienes le critican que un error lo tiene cualquiera, que él jamás quiso que un donativo de un niño acabara en una patochada...
Y que os juro que todo lo que hay en mi con capacidad para juzgar a alguien, me dice que Manolo es por encima del buen compañero, del buen amigo y del chulito que aparenta.....UNA BUENA PERSONA."
Este fragmento lo he obtenido gracias al blog de radiochips, aquí tenéis el enlace:
Leer más: http://radiochips.blogspot.com/2010/05/se-acabo-paco-gonzalez-definitivamente.html#ixzz0osU3pkHZ
martes, 11 de mayo de 2010
Isolina 02
Magno no esperó a su respuesta, se alejó y se puso a andar alrededor de la fábrica abandonada que les daba cobijo. Era un complejo que en su día debió albergar oficinas y diversas factorías. De todo aquello sólo quedaba entre los caminos que separaban a los edificios unos de otros un polvo negruzco que se adhería a los bajos de los pantalones. Los destartalados tejados no invitaban a guarecerse, pero algunos se mantenía lo bastante como para refugiarse allí, donde nadie iba hacía décadas. Al pasar por uno de aquellos edificios donde dormían vio a Isolina. Ella recogía sus pertenencias. Corrió de inmediato hacia allí.
-¿Te vas? –dijo aún en el quicio de la puerta -¿sin mí? –ella asintió silenciosa. La matrona estaba en un rincón oscuro como agazapada y él la vio por el rabillo del ojo –Te ha convencido. Me alegro. Déjame que me vaya contigo. –dijo absolutamente ansioso temiendo que le dejara allí sin más compañía que aquel ser que en ese momento más odiaba en el mundo, un mundo que carecía de norte para él, o más bien en el que había aparecido un norte inesperado que estaba a punto de desaparecer justo cuando lo había hallado. La vieja parecía leerle el pensamiento y sin moverse desde su rincón habló:
-Debe irse sola, tú sólo harías que le persiguiera la desgracia.
-Cállese. No la escuches –gimió desesperado.
-Es lo mejor para todos. Vámonos, señora –exclamó con voz firme, pero con un matiz de resignación.
-¿Te vas con él verdad? –dijo con cara de loco, ni él mismo se lo creía, pero en ese momento la quería herir por querer dejarle solo en el infierno de vida que él mismo se había fabricado.
-¡Cómo puedes decir eso! –se indignó más que preguntó mientras cogía sus bultos y salía al exterior. Intentó andar pausadamente, aunque lo que deseaba era correr. El pavimento estaba levantado y tropezó. Calló sobre su triste equipaje, apenas se incorporó para quedar rodillas, momento que Magno aprovechó para arrodillarse a su vez frente a ella.
-Me necesitas. Espérame. No tienes dinero. Será mucho más fácil si vamos juntos. Podríamos irnos a otro país –dijo en un tono suplicante, pero con toda la suavidad de la que era capaz.
-¡Con qué dinero! ¡De qué dinero hablas! –Magno escuchó, pero no se volvió a mirar a Santi, quien había proferido estas palabras. No advirtió lo que podría pasar. Y siguió de espaldas cuando un disparo le perforó la nuca. Isolina se vio salpicada y horrorizada se levantó. Santi se quedó con la vista fija en la oquedad que su disparo había producido. El cadáver de Magno se encontraba ahora sobre el equipaje de Isolina, como aferrado a él. Un ruido de chapoteo de agua le convulsionó haciéndole reaccionar. Con el cañón de la pistola semiagachado siguió el movimiento semicircular de la trayectoria que debió seguir Isolina huyendo del horror. “No es lo mismo vivir con asesinos que ver como asesinan”, pensaba la matrona, observando como Isolina se había arrancado su vestimenta y se lavaba la sangre como si la tuviera incrustada en la piel, así se restregaba con el agua de un bidón que en la misma puerta del edificio había que recogía el agua de lluvia que un añejo canalón vertía allí.
La matrona seguía en la penumbra. Hacía tiempo que no le pasaba el no saber qué hacer. Santi se acercó aún con la pistola en la mano. Con la locura pintada en su rostro encañonó con sus ojos a Isolina, ésta estaba como en shock obsesionada con retirar hasta la última célula de su piel que hubiera estado en contacto con aquella sangre, así no le vio. Se acercó a ella y al alcanzarla la rodeó con sus brazos quedando la pistola entre los pechos blancos de ella. Aquel contacto frío del metal le hizo respingar dentro del abrazo que se intensificó inmovilizándola, ella gritó al sentir la tremenda y desquiciada presión. Él en un amago de caricia intentó taparle la boca con su mano libre. Isolina se contorsionó.
-Tú tienes la culpa de todo –le susurró roncamente al oido, echándole un aliento que a ella le pareció que le abrasaba- pero no importa… -se interrumpió, al tenerla abrazada emergió el recuerdo de aquella noche entre los dos. La náusea invadió de nuevo a Isolina. Con un aplomo inusitado se desasió de él utilizando todas sus fuerzas desembarazándose de su asfixiante abrazo. Se apartó de él.
Santi volvió a darle alcance y ella en su intento de no dejarse resbaló por el agua que ella misma había derramado al lavarse la sangre. Él la volvió a coger y evitó con ello que se cayera. El olor a sangre lo invadía todo, incluso algunas moscas empezaban a rondar el cadáver que seguía en aquella postura sobre el equipaje.
-No me trates así, podemos arreglarlo. Tenías que habérmelo dicho, yo no sabía…-ella hacía gestos de dolor y de repulsa y no contestaba, sólo intentaba mostrarle con la mirada toda la repugnancia que sentía. Él no fue indiferente a esa energía que sus ojos le mostraban, con aquel torcido gesto de su boca, y la ira y el despecho lo llenaron- Tú decides, te quedas conmigo o con él –señaló el cuerpo sin vida con la pistola mientras sujetaba a Isolina con la otra mano, que era enorme.
-Apártate de mí –dijo Isolina armándose de un valor que no tenía. Él lejos de obedecerla la besó. Ella sintió como si una fiera le devorara y le robara el aliento. Oyó un golpe seco y un crujido después. Inmediatamente aquella boca áspera se apartó de ella para bramar como una bestia agonizante. La matrona le había golpeado el brazo con un hierro hasta el punto de casi arrancárselo. Sin dar tiempo a más soltó el hierro ante los ojos desorbitados de Isolina y arrancó la pistola aún incrustada en los dedos de la mano de Santi. Éste no paraba de retorcerse de dolor y no dejaba de mirar como de su brazo semiarrancado manaba un incesante río de sangre. Aún así la pistola seguía en sus manos enormes y al tratar de arrancársela con todas sus fuerzas el brazo descolgado acabó por desmembrarse. La sangre salió a borbotones y el gigante acabó por caer de rodillas frente a Isolina que inmóvil parecía presa de la catalepsia.
-Mátame –dijo el gigante con la poca voz que le quedaba en medio de su agonía. La matrona piadosamente obedeció y le descerrajó dos tiros. El cuerpo tras una convulsión se dejó caer.
La matrona dejó caer a la vez la pistola, y contemplando alarmada el estado de Isolina, cogió una garrafa de agua y se la vació en la cabeza. Algo la espabiló, pero no le limpió la nueva sangre de la que estaba manchado su cuerpo aún desnudo. La alejó lo que pudo de los cadáveres en busca de agua y en otro bidón que tenía agua limpia, también de lluvia la situó y la lavó. Pese a moverse, Isolina seguía ausente, con la mirada perdida. Era como una muñeca de trapo.
La matrona no sabía que hacer, y al ver los cuerpos recordó el alcohol con el que los habría curado de estar con vida. Fue a buscarlo y de paso retiró algunos bultos de los que se hallaban bajo el cuerpo de Magno.
Intentó reanimar a Isolina con el alcohol:
-Tienes que ayudarme –suplicaba la matrona ausente todo el aplomo con el que había aparecido ante Isolina. Isolina fue bebiendo, hasta sujetaba la botella por si misma. La matrona la vistió y a su vez se cambió su propia ropa, también manchada de sangre. El sol ya comenzaba a perder su brillo, quedaba poco para que anocheciera. Isolina lo advirtió y aquello pareció darle conciencia y le entraron las prisas de repente. Buscó a la matrona que se había ido junto a los cadáveres a los que había intentado poner juntos. Isolina corrió hacia ella y le señaló una tapa de hierro que en su día perteneció al alcantarillado. La destaparon entre las dos con gran dificultad. Y hasta allí arrastraron los cadáveres a los que previamente desvistieron. Unos gruñidos y chapoteos les confirmaron que eso era una gran idea, aún quedaban ratas habitando aquel lugar que darían cuenta en parte de lo que les iban a arrojar.
Con Magno casi no tuvieron que esforzarse, pero Santi casi les dejó sin fuerzas, y hasta se desesperaron llegando a pensar dejarlo tal y como estaba. Descansaron y sacando fuerzas de flaqueza lo introdujeron por la alcantarilla, por la cual casi no cabía. Isolina se quedó mirando dentro, aún quedaba luz para ver la cara de Magno. La matrona apremió con un gesto para que le ayudara a cerrar la alcantarilla.
-Hay que revisar todo lo que tenían –Isolina la miró sin entender-. Para buscar el dinero y quemar el resto de lo que llevaran.
La matrona se quedó junto a los bultos que Isolina iba a llevarse, y que habían servido de lecho mortuorio a Magno. Limpió la sangre que ya comenzaba a resecarse. Isolina entre tanto fue entrando en distintas dependencias donde quedaban las cosas de Santi, que dormía lejos de ellos. También recogió los cabellos cortados y todo lo amontonó en el centro de la calle que dividía las diversas dependencias de la fábrica.
Formaron un enorme montón que fue coronado con las pistolas descargadas ya que algunos papeles con listas de nombres querían echar a volar. Algunos papeles sirvieron para atizar el fuego. Cuando este ardió Isolina intentó alejarse y la matrona la detuvo:
-Hay que esperar a que todo quede en cenizas. Isolina obediente la siguió. La matrona como para animarla puso algo en sus manos.
-Son tres millones.
-Lo sé –dijo Isolina con un cierto asco.
-No lo rechaces, no estás en situación de hacer alardes de dignidad. Con esto puedes establecerte –la matrona cogió una parte del dinero- entenderás que tome una parte.
Si habían dormido lo ignoraban, pues si así había sido fue de pie. Se alejaron de allí como pudieron y se despidieron en el andén de la estación.
La brisa que arrancó el tren al partir apenas movió el cabello intensamente negro que reposaba sobre la matrona.
Epílogo
Alguien se preguntará porqué este trío se escondía. Da igual a lo que se dedicaran, lo que era seguro es que se escondían.
-¿Te vas? –dijo aún en el quicio de la puerta -¿sin mí? –ella asintió silenciosa. La matrona estaba en un rincón oscuro como agazapada y él la vio por el rabillo del ojo –Te ha convencido. Me alegro. Déjame que me vaya contigo. –dijo absolutamente ansioso temiendo que le dejara allí sin más compañía que aquel ser que en ese momento más odiaba en el mundo, un mundo que carecía de norte para él, o más bien en el que había aparecido un norte inesperado que estaba a punto de desaparecer justo cuando lo había hallado. La vieja parecía leerle el pensamiento y sin moverse desde su rincón habló:
-Debe irse sola, tú sólo harías que le persiguiera la desgracia.
-Cállese. No la escuches –gimió desesperado.
-Es lo mejor para todos. Vámonos, señora –exclamó con voz firme, pero con un matiz de resignación.
-¿Te vas con él verdad? –dijo con cara de loco, ni él mismo se lo creía, pero en ese momento la quería herir por querer dejarle solo en el infierno de vida que él mismo se había fabricado.
-¡Cómo puedes decir eso! –se indignó más que preguntó mientras cogía sus bultos y salía al exterior. Intentó andar pausadamente, aunque lo que deseaba era correr. El pavimento estaba levantado y tropezó. Calló sobre su triste equipaje, apenas se incorporó para quedar rodillas, momento que Magno aprovechó para arrodillarse a su vez frente a ella.
-Me necesitas. Espérame. No tienes dinero. Será mucho más fácil si vamos juntos. Podríamos irnos a otro país –dijo en un tono suplicante, pero con toda la suavidad de la que era capaz.
-¡Con qué dinero! ¡De qué dinero hablas! –Magno escuchó, pero no se volvió a mirar a Santi, quien había proferido estas palabras. No advirtió lo que podría pasar. Y siguió de espaldas cuando un disparo le perforó la nuca. Isolina se vio salpicada y horrorizada se levantó. Santi se quedó con la vista fija en la oquedad que su disparo había producido. El cadáver de Magno se encontraba ahora sobre el equipaje de Isolina, como aferrado a él. Un ruido de chapoteo de agua le convulsionó haciéndole reaccionar. Con el cañón de la pistola semiagachado siguió el movimiento semicircular de la trayectoria que debió seguir Isolina huyendo del horror. “No es lo mismo vivir con asesinos que ver como asesinan”, pensaba la matrona, observando como Isolina se había arrancado su vestimenta y se lavaba la sangre como si la tuviera incrustada en la piel, así se restregaba con el agua de un bidón que en la misma puerta del edificio había que recogía el agua de lluvia que un añejo canalón vertía allí.
La matrona seguía en la penumbra. Hacía tiempo que no le pasaba el no saber qué hacer. Santi se acercó aún con la pistola en la mano. Con la locura pintada en su rostro encañonó con sus ojos a Isolina, ésta estaba como en shock obsesionada con retirar hasta la última célula de su piel que hubiera estado en contacto con aquella sangre, así no le vio. Se acercó a ella y al alcanzarla la rodeó con sus brazos quedando la pistola entre los pechos blancos de ella. Aquel contacto frío del metal le hizo respingar dentro del abrazo que se intensificó inmovilizándola, ella gritó al sentir la tremenda y desquiciada presión. Él en un amago de caricia intentó taparle la boca con su mano libre. Isolina se contorsionó.
-Tú tienes la culpa de todo –le susurró roncamente al oido, echándole un aliento que a ella le pareció que le abrasaba- pero no importa… -se interrumpió, al tenerla abrazada emergió el recuerdo de aquella noche entre los dos. La náusea invadió de nuevo a Isolina. Con un aplomo inusitado se desasió de él utilizando todas sus fuerzas desembarazándose de su asfixiante abrazo. Se apartó de él.
Santi volvió a darle alcance y ella en su intento de no dejarse resbaló por el agua que ella misma había derramado al lavarse la sangre. Él la volvió a coger y evitó con ello que se cayera. El olor a sangre lo invadía todo, incluso algunas moscas empezaban a rondar el cadáver que seguía en aquella postura sobre el equipaje.
-No me trates así, podemos arreglarlo. Tenías que habérmelo dicho, yo no sabía…-ella hacía gestos de dolor y de repulsa y no contestaba, sólo intentaba mostrarle con la mirada toda la repugnancia que sentía. Él no fue indiferente a esa energía que sus ojos le mostraban, con aquel torcido gesto de su boca, y la ira y el despecho lo llenaron- Tú decides, te quedas conmigo o con él –señaló el cuerpo sin vida con la pistola mientras sujetaba a Isolina con la otra mano, que era enorme.
-Apártate de mí –dijo Isolina armándose de un valor que no tenía. Él lejos de obedecerla la besó. Ella sintió como si una fiera le devorara y le robara el aliento. Oyó un golpe seco y un crujido después. Inmediatamente aquella boca áspera se apartó de ella para bramar como una bestia agonizante. La matrona le había golpeado el brazo con un hierro hasta el punto de casi arrancárselo. Sin dar tiempo a más soltó el hierro ante los ojos desorbitados de Isolina y arrancó la pistola aún incrustada en los dedos de la mano de Santi. Éste no paraba de retorcerse de dolor y no dejaba de mirar como de su brazo semiarrancado manaba un incesante río de sangre. Aún así la pistola seguía en sus manos enormes y al tratar de arrancársela con todas sus fuerzas el brazo descolgado acabó por desmembrarse. La sangre salió a borbotones y el gigante acabó por caer de rodillas frente a Isolina que inmóvil parecía presa de la catalepsia.
-Mátame –dijo el gigante con la poca voz que le quedaba en medio de su agonía. La matrona piadosamente obedeció y le descerrajó dos tiros. El cuerpo tras una convulsión se dejó caer.
La matrona dejó caer a la vez la pistola, y contemplando alarmada el estado de Isolina, cogió una garrafa de agua y se la vació en la cabeza. Algo la espabiló, pero no le limpió la nueva sangre de la que estaba manchado su cuerpo aún desnudo. La alejó lo que pudo de los cadáveres en busca de agua y en otro bidón que tenía agua limpia, también de lluvia la situó y la lavó. Pese a moverse, Isolina seguía ausente, con la mirada perdida. Era como una muñeca de trapo.
La matrona no sabía que hacer, y al ver los cuerpos recordó el alcohol con el que los habría curado de estar con vida. Fue a buscarlo y de paso retiró algunos bultos de los que se hallaban bajo el cuerpo de Magno.
Intentó reanimar a Isolina con el alcohol:
-Tienes que ayudarme –suplicaba la matrona ausente todo el aplomo con el que había aparecido ante Isolina. Isolina fue bebiendo, hasta sujetaba la botella por si misma. La matrona la vistió y a su vez se cambió su propia ropa, también manchada de sangre. El sol ya comenzaba a perder su brillo, quedaba poco para que anocheciera. Isolina lo advirtió y aquello pareció darle conciencia y le entraron las prisas de repente. Buscó a la matrona que se había ido junto a los cadáveres a los que había intentado poner juntos. Isolina corrió hacia ella y le señaló una tapa de hierro que en su día perteneció al alcantarillado. La destaparon entre las dos con gran dificultad. Y hasta allí arrastraron los cadáveres a los que previamente desvistieron. Unos gruñidos y chapoteos les confirmaron que eso era una gran idea, aún quedaban ratas habitando aquel lugar que darían cuenta en parte de lo que les iban a arrojar.
Con Magno casi no tuvieron que esforzarse, pero Santi casi les dejó sin fuerzas, y hasta se desesperaron llegando a pensar dejarlo tal y como estaba. Descansaron y sacando fuerzas de flaqueza lo introdujeron por la alcantarilla, por la cual casi no cabía. Isolina se quedó mirando dentro, aún quedaba luz para ver la cara de Magno. La matrona apremió con un gesto para que le ayudara a cerrar la alcantarilla.
-Hay que revisar todo lo que tenían –Isolina la miró sin entender-. Para buscar el dinero y quemar el resto de lo que llevaran.
La matrona se quedó junto a los bultos que Isolina iba a llevarse, y que habían servido de lecho mortuorio a Magno. Limpió la sangre que ya comenzaba a resecarse. Isolina entre tanto fue entrando en distintas dependencias donde quedaban las cosas de Santi, que dormía lejos de ellos. También recogió los cabellos cortados y todo lo amontonó en el centro de la calle que dividía las diversas dependencias de la fábrica.
Formaron un enorme montón que fue coronado con las pistolas descargadas ya que algunos papeles con listas de nombres querían echar a volar. Algunos papeles sirvieron para atizar el fuego. Cuando este ardió Isolina intentó alejarse y la matrona la detuvo:
-Hay que esperar a que todo quede en cenizas. Isolina obediente la siguió. La matrona como para animarla puso algo en sus manos.
-Son tres millones.
-Lo sé –dijo Isolina con un cierto asco.
-No lo rechaces, no estás en situación de hacer alardes de dignidad. Con esto puedes establecerte –la matrona cogió una parte del dinero- entenderás que tome una parte.
Si habían dormido lo ignoraban, pues si así había sido fue de pie. Se alejaron de allí como pudieron y se despidieron en el andén de la estación.
La brisa que arrancó el tren al partir apenas movió el cabello intensamente negro que reposaba sobre la matrona.
Epílogo
Alguien se preguntará porqué este trío se escondía. Da igual a lo que se dedicaran, lo que era seguro es que se escondían.
lunes, 3 de mayo de 2010
La crónica rosinegra y otras reflexiones pasadas
[El siguiente post fue escrito en 2005, y visto que el pasado vuelve y el desaparecido Salsa Rosa ha vuelto a la actualidad de forma inesperada lo actualizo. Alfonso Arús fue de gran inspiración para el mismo. Espero sea apreciado este post más de lo que se hizo en su momento.]
Este fin de semana han ocurrido, aparte del anuncio de boda del Príncipe de Gales con Camilla o revienta (homenaje a Andreu Buenafuente) dos sucesos de casualidades.
A las 23:30 del sábado pasado comenzó un incendio que a estas horas parece ya extinguido en el edificio Winsord cercano a la castellana, hacia la una de la noche se interrumpió la emisión del programa "Salsa Rosa", en un principio parecía que de forma momentánea hasta que el fuego se controlase, supongo que así pensaban los responsables del programa, o que los de Informativos se ocupasen de cubrir la noticia. No se produjeron ninguna de las dos últimas cosas, "Salsa Rosa" se hizo cargo de la retransmisión del fuego que consumía poco a poco desde la planta 21 el resto del mal llamado en varios momentos de la transmisión "rascacielos".
En los últimos días en "Arús en la Cien" he escuchado a este comunicador presagiar o advertir de cómo los programas de crónica rosa iban a devenir en crónica rosi-negra, como el programa "Gente", pero sin divisiones perceptibles entre un género y otro. Y acertó, su premonición se hizo realidad, salsa rosa vino a ser negra, negra como el humo que expelía el edificio. Esta predicción por supuesto fue emitida antes del sábado, predicción que yo compartía a regañadientes debido a la confesión de Ramona Maneiro en "El programa de Ana Rosa". Digo a regañadientes pues opino que un magazín puede tratar diversos géneros, así como que un periodista no tiene por qué encasillarse perjudicándose con ello. Pero como diría Adi Villaespesa mis regañadientes son "otro asunto" ya que lo que a mí más me molesta es el tratamiento de la noticia y no donde se emita, o quien la narre. En el caso de Santi Acosta, conductor de Salsa Rosa, programa de corazón, me pareció impecable su forma de trabajar ante el inesperado incendio, quizá la información fuese demasiado local conmo para interesar al resto de España, al menos como para tener las llamas en pantalla durante más de tres horas, pero como dice mi marido en Madrid trabaja toda España. Los orígenes de este periodista o su antecedente más inmediato antes de Salsa son los del periodismo de investigación en El Mundo TV. Además, a pesar de Salsa, su participación en este programa de crónica rosa no es más que la de un maestro de ceremonias, una mera hilazón entre invitado e invitado o entre pregunta y pregunta de los colaboradores, además las menos de las veces matiza para bien tanto a invitados como a colaboradores haciendo así de moderador, cometido que también lleva a cabo iniciando las entrevistas como engrasándolas antes de que los colaboradores entren a saco, digamos que asemejándolo al sexo hace de lubricante.
Me molesta que los programas rosa se hagan cargo de sucesos cuando lo hacen de forma deliberada para reforzar su debilitado share, si lo hacen por recoger un suceso reciente, como el del incendio del edificio, para informar de una forma necesaria y útil para el ciudadano me parece bien.
Aparte del acierto de Arús está el hecho del nombre del edificio del incendio que coincide con el nombre de la casa real cuyo heredero acaba de anunciar su matrimonio con la que hasta ahora ha sido la amancebada. Esperemos que la casa a pesar de los escándalos no acabe como su homónimo edificio. Por cierto que Arús en su programa tiene una sección titulada "La Reina al hoyo" en la que se recogen todas las noticias (la mayor parte escándalos) que tienen que ver con la familia real inglesa y que según los colaboradores y el propio Arús se producen con el fin de mandar a la reina al hoyo, pues conocida la longevidad de las monarcas inglesas (veáse la reina Victoria o la recientemente fallecida reina madre de la actual monarca inglesa), es fácil que Carlos no llegue a reinar nunca, de ahí el objetivo de mandar la reina al hoyo. No sé si la noticia del futuro enlace que tendrá lugar el ocho de abril se puede agrupar con las noticias de la sección citada antes.
Este fin de semana han ocurrido, aparte del anuncio de boda del Príncipe de Gales con Camilla o revienta (homenaje a Andreu Buenafuente) dos sucesos de casualidades.
A las 23:30 del sábado pasado comenzó un incendio que a estas horas parece ya extinguido en el edificio Winsord cercano a la castellana, hacia la una de la noche se interrumpió la emisión del programa "Salsa Rosa", en un principio parecía que de forma momentánea hasta que el fuego se controlase, supongo que así pensaban los responsables del programa, o que los de Informativos se ocupasen de cubrir la noticia. No se produjeron ninguna de las dos últimas cosas, "Salsa Rosa" se hizo cargo de la retransmisión del fuego que consumía poco a poco desde la planta 21 el resto del mal llamado en varios momentos de la transmisión "rascacielos".
En los últimos días en "Arús en la Cien" he escuchado a este comunicador presagiar o advertir de cómo los programas de crónica rosa iban a devenir en crónica rosi-negra, como el programa "Gente", pero sin divisiones perceptibles entre un género y otro. Y acertó, su premonición se hizo realidad, salsa rosa vino a ser negra, negra como el humo que expelía el edificio. Esta predicción por supuesto fue emitida antes del sábado, predicción que yo compartía a regañadientes debido a la confesión de Ramona Maneiro en "El programa de Ana Rosa". Digo a regañadientes pues opino que un magazín puede tratar diversos géneros, así como que un periodista no tiene por qué encasillarse perjudicándose con ello. Pero como diría Adi Villaespesa mis regañadientes son "otro asunto" ya que lo que a mí más me molesta es el tratamiento de la noticia y no donde se emita, o quien la narre. En el caso de Santi Acosta, conductor de Salsa Rosa, programa de corazón, me pareció impecable su forma de trabajar ante el inesperado incendio, quizá la información fuese demasiado local conmo para interesar al resto de España, al menos como para tener las llamas en pantalla durante más de tres horas, pero como dice mi marido en Madrid trabaja toda España. Los orígenes de este periodista o su antecedente más inmediato antes de Salsa son los del periodismo de investigación en El Mundo TV. Además, a pesar de Salsa, su participación en este programa de crónica rosa no es más que la de un maestro de ceremonias, una mera hilazón entre invitado e invitado o entre pregunta y pregunta de los colaboradores, además las menos de las veces matiza para bien tanto a invitados como a colaboradores haciendo así de moderador, cometido que también lleva a cabo iniciando las entrevistas como engrasándolas antes de que los colaboradores entren a saco, digamos que asemejándolo al sexo hace de lubricante.
Me molesta que los programas rosa se hagan cargo de sucesos cuando lo hacen de forma deliberada para reforzar su debilitado share, si lo hacen por recoger un suceso reciente, como el del incendio del edificio, para informar de una forma necesaria y útil para el ciudadano me parece bien.
Aparte del acierto de Arús está el hecho del nombre del edificio del incendio que coincide con el nombre de la casa real cuyo heredero acaba de anunciar su matrimonio con la que hasta ahora ha sido la amancebada. Esperemos que la casa a pesar de los escándalos no acabe como su homónimo edificio. Por cierto que Arús en su programa tiene una sección titulada "La Reina al hoyo" en la que se recogen todas las noticias (la mayor parte escándalos) que tienen que ver con la familia real inglesa y que según los colaboradores y el propio Arús se producen con el fin de mandar a la reina al hoyo, pues conocida la longevidad de las monarcas inglesas (veáse la reina Victoria o la recientemente fallecida reina madre de la actual monarca inglesa), es fácil que Carlos no llegue a reinar nunca, de ahí el objetivo de mandar la reina al hoyo. No sé si la noticia del futuro enlace que tendrá lugar el ocho de abril se puede agrupar con las noticias de la sección citada antes.
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