Todos los días nos ocurren cosas que nos cohibimos de contar por cualesquiera motivos, todo el mundo quiere oir algo bueno y bonito. Aquí escribo lo que quiero y si alguien quiere algo bueno y bonito que lo busque en otra parte.
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miércoles, 12 de diciembre de 2012
Ocaso
domingo, 4 de noviembre de 2012
Adictos al desastre: Harry Calamidad
Hay gente que de forma inexplicable forja su
vida de un modo tal que siempre acaba abocado a algún desastre.
Si se casan su separación es segura, así como
si comienzan cualquier relación sentimental con fines a largo plazo.
Si tienen un hijo su relación con él será
insuficiente o inexistente.
Si compran un coche tendrán que abandonarlo en
breve en el desguace más próximo debido a algún accidente.
No se trata de tipos torpes, de hecho tienen
habilidades notables. Y alguna deben tener para conservar su trabajo contra
viento y marea, pese al escuálido aseo exigido en su puesto, indumentaria
laboral en tela de juicio por estar rota o manchada, calzado que blanquea por
inanición de betún y falta de cariño de trapo y cepillo, aliento letal debido
no sólo a la falta de dentífrico, sino a sus hábitos alimenticios: su estómago
recibe más calorías vía alcohólica que vía lípidos. La potra que tienen estos
individuos tiene que ver con eso de que a pesar de tener rasgos sobresalientes
que en otra persona impulsarían a cualquiera a marginarlo, en él se ven como
travesuras. A quienes tienen que disciplinarle les da como pena, y acaban
pasándolo por alto muchas de sus meteduras de pata. Es como el niño bonito de
la clase, que pese a sacar cuatros siempre le suben nota al 5 pelado porque es
muy mañoso en Gimnasia y Manualidades, pese a ser un zoquete en todo lo demás.
La resistencia de este tipo de individuos es
inusitada, cualquiera en su lugar sucumbiría a la depresión cuanto menos. Pero
no, pasan por sus diversas catástrofes vitales como un tren por las estaciones
de su ruta.
Lejos de dar pena son tipos a los que se puede
ver cómicos, porque su misma actitud ante sus proezas vitales invita a verles
de ese modo. Y a pesar de todo se les podría admirar, sus escasas virtudes,
aunque notables, lo permitirían si no fuera porque el roce social y académico
lo ha atravesado sin dejar un solo poso, de modo tal que la sensación que
produce es la de estar ante un palurdo de manual, pese a haber sido criado
hasta su adolescencia en una gran ciudad, costera y turística por demás, tener
estudios medios y una profesión de años en la que para ejercerla la formación
es esencial. Su imán para las féminas dicho todo esto es inexplicable, pero lo
tiene. No a todas, pero a la mayoría sí, aunque sólo las de un tipo especial
son las que se lo llevan al catre, porque pese a parecer un tipo pasota y
echado para adelante él se deja conquistar, según cuenta a sus biógrafos no
oficiales: “él se deja hacer”, no tiene un criterio fijo de mujeres, amigas, si
tenéis dificultades para encontrar alivio éste es vuestro hombre, siempre está
dispuesto. Harry Calamidad no conoce de edades, pesos, estados civiles, razas,
religión, etc. Es un tipo universal que alivia a toda tipa viviente a poco que
esta pongo un poco de empeño y le entre. Da igual que tenga novia fija, él es
capaz de compatibilizar cuatro relaciones, recrearse en espectáculos ofrecidos
por los establecimientos de lucecitas y aún así seguir aceptando aventurillas
ocasionales.
A veces se encapricha de casos difíciles, tiene
antojo de mujeres casadas y en lugar de ser directos e intentar la conquista de
una manera frontal busca subterfugios con los cuales su presa sea más fácil.
Por ejemplo: si él sabe que el marido es infiel a su presa, él procurará que la
presa se entere para así él procurarle el modo de vengarse del marido y estar a
la par; pero ¡ah!, si el marido es fiel procura hacerlo caer en el pecado con
el fin de poner a la presa en situación de desear pecar con Harry Calamidad.
En otras ocasiones él es consciente del
peligro, intenta alejarse de relaciones que pueden comprometer su trabajo y su
integridad física, pero si la tipa es suficientemente pesada al final cae.
Si una tía de la categoría “novia formal” le
pilla con otra y le pega, a él le da igual, al cabo de los meses volverá con
ella, en lo que claramente se observa un carácter sadomasoquista, por ambas
partes.
Harry Calamidad es un tipo muy fácil, siempre
está de oferta.
PRÓXIMAMENTE EN SUS PANTALLAS MÁS AVENTURAS DE
HARRY CALAMIDAD
sábado, 27 de octubre de 2012
¿Qué fue de Fina Rodríguez presentadora de "Hablar por Hablar"?
Aprovecho las cientos de visitas a esta entrada para pedir vuestro apoyo para Frank Cuesta, o más conocido como Frank de la Jungla,.Su esposa, Yuyee, como sabréis ha sido condenada a 15 años por un delito no probado, ya que la supuesta prueba desapareció en el supuesto análisis. Su abogado no hizo un gran papel, y las amenazas que Frank dice haber recibido indican que él y sus actividades son molestas para ciertos poderes. Quienes conozcáis algo de leyes sabréis que tal y como él lo ha contado ese juicio es un total despropósito. En cualquier caso, culpable o no, nadie merece pasar quince años por una nimiedad como ésa, si es que es así. TIENEN 4 HIJOS, creo que es suficiente motivo para percatarse de la injusticia cometida contra Yuyee por sabe Dios qué motivos. Así que ruego que firmes esta petición en Change.org, ante todo léela, el objetivo está a punto de cumplirse, y si firmas mucho mejor. Muchas gracias lectores, por atender en este humilde blog.
AQUÍ EL ENLACE:
https://www.change.org/es/peticiones/gobierno-de-tailandia-absoluci%C3%B3n-total-para-yuyee-alissa-intusmith-esposa-de-frank-de-la-jungla

Fina Rodríguez, fue una joven productora de Gemma Nierga en el programa estrella de la madrugada de la Cadena Ser, Hablar por Hablar. Lo que en televisión vendría a llamarse “talk show”, este programa basaba sus contenidos en lo que los oyentes quisieran contar, no libremente, por eso existían “productor@s”, o sea, en ese concreto programa eran las personas que se dedicaban a recoger las primeras llamadas, de las que extraían un resumen, el nombre y el número de teléfono para llamar al oyente para pasar su caso a antena, si éste era el elegido. Est@s productor@s, decidían qué casos y cuándo salían a antena, bajo, por supuesto, el criterio del director del programa, que conforme avanzaba iba afinándose más o menos.
Las temáticas de las llamadas eran de lo más variado en la época de Gemma Nierga: malos tratos, toxicómanos, alcohólicos, infidelidades, hijos en busca de padres, padres en busca de hijos, problemas sentimentales, laborales y a veces se colaba un poquito de todo. Nierga fue adquiriendo protagonismo, su forma de manejar el testimonio del oyente en antena tenía un toque personal, e inflexible, fueron muchas las veces que tuvo que cortar llamadas por los excesos verbales del oyente. En cierta ocasión llegó a acudir a algún plató porque cierto caso había suscitado notoriedad más allá de la emisora, como el de aquel chico que afirmaba ser seropositivo y contagiar a posta a sus parejas en una especie de venganza psicopática. Compatibilizando el programa Nierga llegó a presentar el programa-serie de televisión “Un mar de dudas”, donde los espectadores de forma interactiva votaban para decidir el curso de la serie. Y llegó el gran día, Gemma Nierga ocupó el puesto dejado por Javier Sardá en “La Ventana”-magazine de las tardes de la Cadena Ser- y por ese mismo movimiento la productora Fina Rodríguez pasó a dirigir y presentar “Hablar por Hablar”. De una forma tímida e insegura la sustituta fue haciéndose con la fiel audiencia de la Nierga, que muchas veces confundían el nombre de una y de otra. Fina, empezó a regalar fotos firmadas a todo aquel oyente que se lo pidiera, muchos de ellos amenazaron con ponerla en las cabinas de sus camiones. Aparte de esta innovación la locutora fue introduciendo cambios en la dinámica del programa, la temática de las llamadas llegó a ser muy variada, extremadamente variada, los temas truculentos eran abordados por los oyentes, pocos, sin obstáculo: casos de zoofilia, necrofilia, incesto. Algunos oyentes llegaron por su muy particular personalidad a ser habituales del programa, pareciendo formar parte del equipo, normalmente era gente con donaire. Tanta relevancia llegaron a tener estos oyentes de cabecera que algún otro llegó a matarles en vida, provocando así la reaparición al poco tiempo, como fue el caso de una oyente que se inició con un ataque homófobo a un oyente anterior que era gay y miembro de una asociación pro derechos de gays y lesbianas. En el programa se llegó a poner al habla en antena a la señora homófoba y al gay, de modo tal que en sus siguientes participaciones ambos se mandaban saludos. El programa por supuesto subió de audiencia. De ese modo pasaron los años y a inicio de temporada “Hablar por Hablar” pasó a presentarlo Mara Torres, y Fina Rodríguez pasó a presentar “El Reportaje”, un programa que no llegaba a la hora de duración y no se emitía tampoco en horario radiofónico de máxima audiencia.
Si la antecesora de Fina Rodríguez, hoy presenta el Hoy por Hoy, uno de los programas bandera de la cadena, la propia Fina Rodríguez tras “El Reportaje”, de breve andadura en la parrilla, nada se ha vuelto a saber de bueno. Su estrella debió apagarse, en contraposición a la de su antecesora y sucesora.
En Internet se pueden encontrar espacios dedicados a las preguntas donde se indaga sobre el destino de Fina Rodríguez. Pero las respuestas son desalentadoras. Alguien la situaba en Radio Barcelona. Pero nada que haga suponer que su paso por “Hablar por Hablar” la catapultara a un destino mejor como al resto de presentadoras oficiales de este programa.
¿A qué viene acordarse de Fina Rodríguez? Pues bien el 15 de octubre, día de Santa Teresa, se entrega el Premio Planeta; Mara Torres es la segunda premiada. Todo el mundo mediático se dedica a recabar la vida laboral de la recién descubierta escritora. Actualmente, aparte de ser premiada, se emplea en las labores de presentador de La 2 Noticias, donde encontró el mejor destino de toda presentadora de “Hablar por Hablar” –menos Fina Rodríguez-; y por supuesto todo el mundo recala en su paso por el talk-show radiofónico.
Lucía Etxebarría suscita una de sus innumerables polémicas cibernéticas (actualmente se encuentra incursa en una debida a un artículo en el que cuestionaba la donación de Amancio Ortega, dueño de Zara, de 20 millones de euros a Cáritas, mientras el empresario se ha dedicado a trasladar los talleres de producción de textil de España –dejando en paro a un sinnúmero de personas- a otros países), en la que decía no saber quién era Mara Torres. Muy dispuestos, fieles al programa que la hizo famosa le recuerdan este dato, y en el hilo de comentarios se habla sobre el programa de radio y sus locutoras, omitiendo a Fina Rodríguez. Increíble, recuerdan a la más antigua y se saltan a Fina, en cuya época los guiñoles del Plus parodiaban su programa poniendo a sus personajes de látex a hablar con ella. No se entiende ¿qué pasó con Fina Rodríguez? Hacer una pequeña investigación sobre su vida laboral es fácil gracias al Linkedin, y ahí puede verse que tras “El Reportaje” pasó a trabajar como locutora de cuñas publicitarias, nada que ver con presentar “La Ventana”, “La 2 Noticias” o “Tal cual lo contamos”.
Igualmente injusto me parece el trato profesional respecto a la promoción que reciben las sustitutas de verano, en especial el trato que se da a la maravillosa voz de Paloma Delgado.
Como último apunte: Fina Rodríguez fue la gran ausente en la conmemoración de los 20 años de "Hablar por Hablar".
Os añado la melodía con la que arrancaba este clásico radiofónico y que ya para los que lo escuchábamos estaba más asociada al programa que a la película para la que sirvió de banda sonora.
viernes, 12 de octubre de 2012
Sustancialmente virgen o la Marilyn Monroe de nuevo cuño
El
personaje de Marilyn Monroe siempre me había parecido en mi infancia y mi
adolescencia insufrible. Pero en la época en que JFK era la película de moda,
junto con el resto de sus compañeras fruto de la cabeza de Oliver Stone, surgió
junto con esa oleada de puesta de moda del personaje de Kennedy la figura de su
insigne amante. Ahí me pilló, la larga sombra de Marilyn, por su persistencia a
lo largo de los años me cogió en plena afición a las teorías de la
conspiración, al cuestionamiento de la autoridad dominante. Estados Unidos, hasta entonces, era para mí el sumun de la modernidad y la perfección empezó a
hacer aguas. Así fui acercándome al personaje de Monroe, por el final, por su
muerte, su final lleno de preguntas sin respuesta. Años después de JFK, llegó a
mis manos la novela de Joyce Carol Oates. Era una biografía novelada. Y dejé
llevarme por esa pena que se siente por las mujeres cuya dignidad no tiene nada
que ver con cómo y quién practican el sexo. Personajes endurecidos por el
abandono y el desprecio de hombres que sólo buscan la carátula, el maquillaje,
el trofeo, y para nada la mujer real a quien convertir en compañera, en objeto
de cuidados y de respeto.
A
lo largo de mi vida he conocido y hasta hecho amistad con mujeres guapas y
deseadas por todo bicho varón que las observara. Pero en un entorno académico,
estas guapas eran además listas.
Décadas
después me topo con la real encarnación de Marilyn Monroe. Llegada del universo
español más parecido a Los Ángeles que pueda haber en España. Hasta el motivo
por el que llegó aquí atenta contra su dignidad, pero ella no lo descubrió
hasta pasadas unas semanas. Creyendo que tenía un novio en la distancia, éste
la chantajeó emocionalmente para traerla a vivir con él y llevar a término el
famoso dicho “un clavo saca otro clavo”. La chica dejó su trabajo, hizo las
maletas y se presentó. Por unos avatares acabo hablando con ella. Se siente
cómoda y por no sé qué motivos me hace la revelación:
“Soy
Virgen”, mi cara de cartón piedra, porque yo sé de primera mano que no lo es. Y
me aclara.
“La
sustancia del hombre nunca ha entrado en mi cuerpo, por eso soy Virgen”. Y ahí
no supe donde meterme. La eficacia del autoengaño no conoce límites. Su caso
era peor, no paraba de decir:
“Yo
soy una señorita”, mientras por su amante de turno sabíamos de sus proezas
sexuales que dejarían en pañales a la protagonista de Garganta Profunda.
Por más que diversas culturas se empeñen en basar la virginidad en un tejido biológico: el himen, lo cierto y verdad es que la virginidad es más un estado espiritual que físico. A poca imaginación que se tenga se pueden encontrar ejemplos de ello, y que no mencionaré por su truculencia. Pero un ser humano puede ser sujeto pasivo de un acto sexual, y no perder su inocencia, dado que no sabe en qué consiste ese acto. Hasta aquí -más fino no se puede decir-. Por lo tanto perder la virginidad representa la pérdida de la inocencia, una chica puede conservar físicamente su himen, y hacer muchas otras cosas más.
Otras
perlas que obtuve de mi conocimiento de esta reencarnación de Marilyn fue:
“Si
no respeta mi alma, no tendrá mi cuerpo”, dicho mientras ya se estaba tirando a
otro tío que no era su novio.
“Me
ha caído pelo de un cliente y me he echado lejía en el pie”.
“Esto
está muy distraído –sucio-, y esto también“.
“Limpia
porque la obliga el marido”, dicho de una vecina.
“Es
que si limpiáis nos dejáis por unos guarros” dicho a unos vecinos sobre la
escalera del portal.
“De
qué me sirve estar buena si estoy sola”.
“Soy
empresaria, estoy buena y estoy preparada”, dicho a su novio.
“Mi
novio es macavélico”, refiriéndose a los que emulan en su proceder a Maquiavelo.
Estas
chicas pasan por cándidas, pero no, es un personaje muy currado, hacerse las
tontas, soltar mentirijillas y poner cara de que van a llorar. A lo mejor
aparentan estar avergonzadas cuando son pilladas en un renuncio, pero enseguida
se recuperan y son capaces de relacionarse con quien les pone en solfa si con
ello obtienen un rédito. Tienen una maña intuitiva, que funciona bien en planes
a corto medio plazo. Pero a la larga sus distracciones las llevan al fracaso.
Acaban siendo presas del personaje tontorrón que han creado y en lugar de
ahorrar para su gran empresa son capaces de gastarse el dinero en unos zapatos,
unos bolsos, o unos trapitos, en lugar
de administrarlo para su gran objetivo. La alimentación por supuesto es un gran
coadjutor en el colapso de los planes de estas mujeres. Aunque pongan negocios,
no pierden de vista el sueño de tener un hombre a su lado como las otras
mujeres a las que tanto detestan, y por eso, en lugar de fortalecerse para
trabajar, ayunan como un lama tibetano y se mantienen a base de café y su
cafeína, además de otras cosas terminadas en –ína.
Es
muy común acabar compadeciéndose de ellas, o involucrado en algún episodio de
su vida porque ella lo ruegue como damisela desamparada. Pero al día siguiente
están frescas como lechugas, e incluso para quedar bien con su enemigo del que
dependen en algún aspecto o varios, culpabilizar y reprochar a quien la ayudó.
Las
Marilyn del mundo son supervivientes, manipuladoras, chantajistas emocionales y
grandísimas mentirosas. Compadecerte de alguna de ellas cuando sus problemas son
de evidente autoría propia, es echar margaritas a los cerdos. Su belleza es un
instrumento que han aprendido a pulir a lo largo de los muchos años que tienen,
aunque digan que tienen 23, pero ya rozan los 35.
Si
una mujer miente a otra mujer en la edad, lo hará en todo, sin miramiento,
total, para estas Marilyn las mujeres son potenciales competidoras, seguras
críticas, son lo que han visto toda su
vida y sufrido, padecido la envidia por su belleza o el desprecio por el uso
que hacían de la misma.
Otra
característica de estas Sustanciales Vírgenes es lo bien currada que tienen la
melosidad, como ronean incluso cuando saludan a una potencial víctima de su
arma de destrucción masiva.
Puedes
escucharlas decir “Ojalá fuera fea”, pero no, nunca se desharían del don que la
naturaleza les otorgó y que les facilita la vida en grado sumo. Y tan seguras
están de su don que el tiempo pasa, el problema de quien cultiva el cuerpo y
las mañas para usarlo como ventaja es que no cultivan nada más. Cuando quieren acordar
se convierten en Alex, el personaje de Glenn Close en ATRACCIÓN FATAL, sin
pareja y bajando el listón de sus miras considerablemente con tal de conseguir
lo único que no tienen y sí tienen todas las mujeres de su edad alrededor:
pareja y algún hijo. Así, pensando que están con un superhéroe vocacional,
descubren que el superhéroe ha estado tras otras mujeres, y de ese modo tras
intentarlo con varios acaban con el último de la fila, el más facilón. Pero
hasta ése acaba tomando lo que quiere de ella, y si la pone en aprietos la deja
sola y se busca otra tía como muralla de contención para que Marilyn no le pida
ayuda.
Sí,
son dignas de lástima, pero su capacidad de recuperación es inusualmente
rápida. Y mientras quede rimel y delineador en el bolso, nunca estarán
demasiadas horas entregadas al desaliento.
Sobre la película Los Abrazos Rotos
Ser un director consagrado no
da patente de corso a todas sus películas para que éstas sean consideradas
obras de arte por ensalmo.
Reconociendo que el guión, los
Flash Back, son siempre un logro. Superponer dos historias que son una complemento
de la otra es jugársela a que el espectador se impaciente y pase de la
película. El do sostenido de conseguir intrigar al espectador es una labor
ingente que ya ensayó en La Mala Educación, donde la filigrana era harto
difícil, e igualmente se arriesgaba. Porque en un inicio las dos historias,
aunque a priori el espectador ducho ya sabe que tienen que ver, tienen que
interesar por separado. Y en Los abrazos rotos hay un punto en que ese interés
puede decrecer, pero ahí está la labor de una buenísima actriz, para sugerir la
intriga, sin palabras, sólo con gestos y tono de voz, con eso basta para
encender la chispa de la conexión que se establece entre una historia y su
espectador. Blanca Portillo lo borda, y lejos de ser una secundaria de
categoría se convierte en la protagonista, lo que consigue en el último tramo
de la película. Todo el tiempo sabes que Portillo oculta un secreto a causa de
la historia de Arthur Miller en la que Mateo/Harry pretende basar uno de sus
guiones. Una historia que a mi parecer debió ser sugerida y no contada, porque
prácticamente está desvelando todo, pero Almodóvar corre el riesgo, para él ésa
no es la historia importante. Aunque intenta resaltar la pérdida como artista y
como amante de Mateo/Harry, Judit se impone, como la Señora Danvers acaba
siendo más protagonista que la segunda señora de Winter e incluso la primera.
Judit (Blanca Portillo) acaba acaparando la atención de toda la historia. Todas
las miradas curiosas están en torno a ella –eso, si te sucede como espectador,
aquí se habla de una percepción personal de la película-.
Los
Abrazos Rotos, sin ser una obra cumbre de Almodóvar, es un entretenimiento para
los muy fans a quienes no les habrán pasado desapercibidos los autohomenajes
encerrados en el film. “Chicas y maletas”, la última obra dirigida por
Mateo/Harry no es otra cosa que una recreación de “Mujeres al borde de
nervios”, pieza a la cual remito a quienes quieran hacer un revisionado de “Los
abrazos rotos” si no han apreciado esta semejanza. Primero ver “Mujeres...” y
después “Los abrazos rotos”, es un disfrute para quienes encuentren las claves.
Por supuesto no hay que hacer paralelismos con la realidad, o ¿quizá sí? Porque
sí intentas recordar si Lena (Penélope Cruz) tiene algo que ver con Carmen
Maura. Y si esa relación tan intensa con enfado incluido entre Pedro y Maura se
refleja de algún modo en “Los abrazos rotos”.
Un punto de la película
sumamente interesante, pero no suficientemente explotado en mi opinión, es la
ceguera de Mateo/Harry: cómo alguien que vive de y ama lo visual puede
readaptarse a un mundo sin imágenes. Cómo se sobrevive a perder el amor y tu
herramienta de trabajo a un tiempo. Quizá la historia más antigua hubiera
bastado por si sola para llenar la película, y que la historia más moderna
donde se desgranan todo lo que quedó oculto fuera un epílogo.
Lo demás son ingredientes
accesorios que enriquecen el argumento para que forme parte del universo
almodovariano al que nos tiene acostumbrados, historias entre lo berlanguiano y
lo folletinesco, pasando por escenas que tocan la cima estética: el hijo no
reconocido lazarillo, la mujer abnegada y enamorada que lo da todo ignorada, el
hijo del millonario émulo del personaje de Victoria Abril en “Kika”, los dedos
de Mateo/Harry desplazándose por las hojas en Braille, y crear situaciones como
la del niño que conoce la playa por primera vez, mientras su ignorante padre de
su mano conoce por primera vez la playa sin verla. Pero nunca se nos debe pasar
por alto lo más importante la denuncia social que supone toda la historia de
Lena. Como la mujer es objeto de explotación de múltiples maneras, como su
condición nunca elegida le hace ser acreedora de ciertos tratos en la sociedad
imperante. ES MUY DURO SER MUJER EN LOS 80, como decía Jessica Lange a Dorothy
Michaels en Tootsie, pero seguirá siendo duro en los 90, en los 2000 y
siguientes. Mientras haya hombres dispuestos a ofrecer a cambio de sexo y
mujeres acorraladas por las circunstancias a quienes no les quede más salida
que ofrecerse para salir de una tragedia, la mujer seguirá siendo ese 2º SEXO,
un ser supeditado a los hombres en todos los aspectos, porque si al menos todo
quedara circunscrito a un intercambio de favores mutuo, nada tendríamos que
objetar los demás si ese intercambio es libremente consentido, pero la absoluta
creencia de muchos hombres en que una mujer es algo que coger y dejar, pero que
ella no es libre para dejar o coger cuando quiera es algo en lo que debemos
trabajar todos. Hombres y mujeres debemos ser conscientes de hasta donde un
amor o enganche sexual justifica coartar la libertad del otro; o como sucede en
el caso de Mateo/Harry, tomar de una amante aquello que desea sin preocuparle
en qué lugar le deja, sin darle más amparo que el camerino o despacho donde
clandestinamente tienen sus encuentros.
A lo mejor sin pretenderlo, la
película dentro de la película, lo sucedido con ella –no quiero desvelarlo- es
un grandísimo homenaje a los montadores, personajes no suficientemente
valorados en el engranaje de la industria, gente con el talento de cortar y
pegar justo en el momento y lugar adecuados, de ordenar historias imposibles
como es el caso, con una cierta lógica que el espectador pueda asumir, o
incluso de prever que faltan escenas y que hay que rodarlas. Los casos en las
que un buen montaje ha salvado una mala película y a la inversa se recogen en
los epítomes de Historia del Cine. Y con el trasunto de la película “Chicas y
maletas” podemos ver si Penélope Cruz es actriz o no, como alguien tan atacada
en su talento puede interpretarse sin talento en tomas, y con mucho talento en
otras ayudada por Carmen Machi ejerciendo de una parodia de Candela,
comprometida esta vez por narcos en lugar de terroristas chiítas.
Lo que más se agradece siendo
incondicional de “Mujeres al borde de un ataque de nervios” es el rescate en
pequeños papeles de las que allí fueran actrices. Chus Lampreave haciendo de
nuevo de portera, Rossi de Palma haciendo el personaje que encarnara en su día
Julieta Serrano.
Aunque breve, destacar la
presencia de Ángela Molina, una presencia impresionante, una mujer que
representa la edad que tiene o más, que no ha cedido a la apisonadora estética
de nuestros tiempos en forma de quirófano y que sigue atrapando la cámara como
hiciera en sus inicios con su voz rota y tragada. Un homenaje a su tierra creo
que es lo que hace a través de esta mujer, y encarnando a tantas mujeres que se
ven con enfermos a los que apenas pueden atender por la insuficiencia de
recursos debida a múltiples causas.
Si nunca has visto una película
de Almodóvar no te recomiendo que empieces por aquí. Para ver Los abrazos
rotos, necesitas toda la filmografía anterior.
domingo, 2 de septiembre de 2012
Los supositorios
Existe
un género de personas, no lo suficientemente definido, pero que yo denominaré “los
supositorios”. Son personas muy dadas a no apreciar el silencio, menos aún un
silencio a tiempo.
Es
gente que el término “método científico” le suena muy lejano, algo de universidades,
de gente listilla, pero nada que ver con ellos. Con lo cual para nada aplicarán
el método científico a su locuacidad, ni por mera prudencia, o la buena educación
recibida de sus padres. Así que para estos seres supositorios, hablar es
gratis, todo lo más que se les demanda es un trago de líquido de vez en cuando
para reponer la saliva perdida.
En el
mundo de los seres supositorios la imagen, el honor y el respeto son cosas que han
oído alguna vez en Sálvame cuando el presentador ha tenido que leer una
sentencia condenatoria. Ellos jamás sabrán de ese tipo de sentencias, porque al
menos los medios de comunicación se identifican en sus fechorías, un ser
supositorio no; porque el ser supositorio lanza al mundo sus suposiciones y
cuando éstas empiezan a rodar y llegan al protagonista la suposición en cuestión,
ya no hay modo de saber quien la echó a rodar en un inicio.
Un supositorio
no es necesariamente un mentiroso, no es un calumniador ni un injuriador, y
tampoco ha de tener necesariamente mala fe al generar sus suposiciones. Es
alguien que sencillamente cree disfrutar de una buena conversación en la que quiere
un poco de protagonismo.
El
supositorio no es normalmente el que comienza a poner a alguien en el
disparadero. En una conversación sobre Doña Gumersinda, el supositorio sólo
añade datos de sus suposiciones a la historia. Si se dice que Doña Gumersinda es
una cincuentona separada que se vino a trabajar para estar al lado de su
amante. El supositorio añadirá algún dato cierto y lo relacionará con otro para
dar fuerza a su hipótesis. Por ejemplo: El supositorio añade a la conversación
que nunca ha visto más que una vez al novio de Doña Gumersinda, que sería idóneo
que el novio viniera de vez en cuando porque el casero de Doña Gumersinda no
quiere alquilar a solteros. Éstos únicos hechos llevan al supositorio a lanzar
su suposición:
“¿Os
acordáis de aquel chico gallego que empezó a enamorar a una por internet y se
divorció de su mujer y pidió un traslado a su empresa a Ceuta, donde vivía su
cibernovia? Que luego la tía le dijo que qué hacía allí, que una cosa era
tratarse por internet y otra que se presentara así por las buenas. Ése.” El supositorio
toma resuello: “Pues yo creo que... a Doña Gumersinda le ha pasado lo mismo, ha
deshecho su matrimonio, se ha venido aquí, y ahora el novio no quiere saber
nada de ella.” El supositorio queda conforme, los demás se le quedan mirando. Y
al poco tiempo el propio supositorio oye su suposición, pero sin “Pues yo creo
que...”, sólo oye sus palabras, para nada textuales, y para él eso es la
confirmación de que sus suposiciones son realidades, con lo cual se dedica a
repetir con más ahínco su hallazgo. Mientras tanto, Doña Gumersinda ve con la
frecuencia que su trabajo le permite a su novio que está en el hospital desde
hace varios meses.
Ser
justo en la vida hablando es un propósito que nadie se hace. Cuando se toma la
vida de alguien en una conversación todos cuentan con que esa persona no se
enterará, o que si se entera, los más retorcidos, piensan, que esa persona no
tendrá narices de recriminar las habladurías de las que ha sido objeto.
Total,
por un momento de contacto humano a través de una conversación atentatoria
contra la intimidad y la imagen de cualquiera, bien vale el sacrificio. Pero todos
estamos en el mundo, y todos somos potenciales protagonistas de conversaciones
de este tipo. TE PUEDE PASAR A TI.
viernes, 27 de julio de 2012
Lupe Vélez. Nada es como te lo han contado. Lo que da de sí un inodoro
En el Facebook de mi
crítico de cine y persona favorita encuentro que ha dado al “Me gusta” en esta
página https://www.facebook.com/pages/Decaying-Hollywood-Mansions/111378268883521?ref=stream.
Echo un vistazo, pensando que va de fotos e historias sobre mansiones de
antiguas estrellas de cine en ruinas, al estilo de la que da escenario a los
personajes de “El Crepúsculo de los dioses”. Además de lo que yo pensaba,
encuentro fotos de actores, entre ellas una maravillosa de Lupe Vélez https://www.facebook.com/photo.php?fbid=476822142339130&set=at.118967638124584.13914.111378268883521.100000652891938&type=1&theater.
Decir su nombre y acordarte de su
triste final es todo uno, así que al compartir la foto aludí a dicho final:
Lupe Vélez murió en la taza del water. Peor o mejor contado eso es lo que
todo el mundo entiende y repite. Así que una bienintencionada amiga facebookera
me señala que la historia de la taza es un bulo. Le pregunto cómo se generó ese
bulo y NS/NC, pero insiste en que es un bulo. Empiezo a investigar. Intento dar
con el obituario, porque para más abundar, en algunos blogs se niega hasta el
motivo de la muerte: la supuesta negativa de su amante a casarse con ella como
consecuencia de un embarazo.
¿Pero qué interés
tendría alguien en situar la muerte de una estrella decadente y casi olvidada
en tan prosaico lugar? Hasta nueva rectificación la fuente más mencionada como
nacimiento de la historia es el compendio “Hollywood Babilonia” de Kenneth
Anger, quien, si hay que hacer caso de los blogs, ha rectificado en fechas
recientes así como ha hecho la mismísima Wikipedia. A su vez, dicho autor basaría
sus fuentes en artículos “periodísticos” de la época en que las glorias
hollywoodenses salpicaban de escándalo multitud de publicaciones de su época (para ilustrar este tema ver la película "L.A. Confidential", protagonizada por Kim Bassinger y Russell Crowe). Y
en este contexto de publicaciones que rayaban más el libelo que el Pulitzer,
hay que mencionar a mi última hallada posible fuente origen del Lupe-Watergate
que no es otra que la muy omnipresente y odiada Luella Parsons, en el artículo
de este enlace http://www.nacion.com/2011-03-20/Teleguia/NotasSecundarias/Teleguia2710310.aspx
destaco el siguientes párrafos:
La picante Lupe Vélez, quien fuera esposa de Johnny
Weismuller, decidió acabar sus días a los 36 años, despechada por su último
amante. Tuvo la infeliz idea de llamar a Louella para contarle sus penas y esta
intuyó lo que estaba por venir.
En efecto, Vélez organizó una
“última cena” a la mexicana y se inmoló como una diosa azteca; montó en su
habitación un “santuario” con velas, flores y se tragó 75 pastillas de seconal.
Los fármacos, en combinación con los “taquitos y los chilaquiles” reaccionaron
al revés y más bien despabilaron a Vélez, quien se arrepintió y salió en
carrera hacia el baño para regurgitar, con tan mala suerte que resbaló , cayó
de bruces sobre el excusado y se ahogó en su propio vómito.
Parsons se enteró de la
desgracia y escribió: “Jamás Lupita
había lucido tan bella; reposaba como si estuviese dormida' había una lánguida
sonrisa en sus labios, como si albergara sueños secretos. Parecía una niña a
quien acababan de regalar su primera espuma de azúcar en una fiesta...”
En la cita anterior en negrita y
entrecomillada, no se menciona ningún inodoro, pero sí la “espuma de azúcar”,
claros restos de vómito y/o asfixia. Pero esto no me aclara nada más. Como yo
no quiero discutir con mi amiga, pero ella no me razona su aseveración de bulo
en torno al Lupe-watergate, me ha picado la curiosidad y quiero investigar. Por
todo ello si alguien alcanza a leer estas líneas le ruego que si dispone de
alguna información, sobretodo en papel, negro sobre blanco, de algún libro
donde se mencione este truculento episodio y además se mencionen las fuentes.
Ruego me lo haga llegar a esta dirección de correo electrónico:
ordalisea@gmail.com
domingo, 12 de febrero de 2012
El día que murió Whitney Houston murieron las lentas
Hoy domingo, 12 de febrero de 2012 ha muerto Whitney Houston y con ella mi esperanza de que resucite la moda de bailar lentas en las discotecas. Ella que precisamente se catapultó a la cima de la fama cantando una versión de un éxito country que se bailaba agarrao, o sea, era una lenta. Sí, hablo de I will always love you, aquella balada country que en su día cantara la esplendorosa Dolly Parton con aquella vocecita llena de agudos, fue convertida en una pieza casi operística gracias a la potentísima voz de la sobrina de Dionne Warwick, una de las musas de Burt Bacharach –"Rain drops are falling on my heat"-. Y mientras intercambiaba impresiones sobre Whitney con una amiga recibí el segundo mazazo de la madrugada, mi amiga cree que las lentas no existieron, que veo muchas pelis, que las parejas no se regalan flores, ni las tías tenemos una lencería para grandes ocasiones con nuestra pareja, y eso que no le he dicho que tengo un tío que le compra, como tantos otros, la lencería a su mujer.
Cuando una persona nacida a mediados de los 70 cree que nunca existió una hora para las lentas en una discoteca, y por lentas ha de entenderse música moderna –nada de boleros, tangos o chachachás-, o sea lo que venimos a denominar baladas, un pop tranquilo, con el cual las parejas consolidadas echaban él los brazos a la cintura, ella los brazos al cuello –o los situaba en los hombros del contrario si no llegaba más lejos o no se atrevía a llegar más lejos- y se movían al compás; y los chicos aprovechaban para sacar a alguna chica que les gustase y le ofrecían la mano tras pedirle bailar, y si ella aceptaba el paso siguiente era pedirle salir; algo va mal, algo va muy mal. Muchas de las parejas –que conozco- que se casaron en los 90 tuvieron su primer contacto en una discoteca. En aquella época no había más formas de ligar aparte del típico "¿tienes fuego?", "¿estudias o trabajas?", la invitación a una copa o el "¿vienes mucho por aquí?". Pedir bailar a una chica, porque una chica a un chico era algo muy poco común, era el método más eficaz y contundente para acabar saliendo con ella, fuera ésta tu vecina, amiga de un amigo, compañera de clase, etc. Pero aquellas parejas formadas al calor de baladas como "Carrie", no existirían si no hubieran aprovechado aquella hora calentorra que el Dj tenía por gracia conceder, porque llegaron los 90, las macrodiscotecas, el bakalao, y la hora de las lentas ya no tuvo cabida en un mundo en el que ligar con una chica consistía en pillarla borracha y empastillada para aprovecharse de ella.
Todas las que no tuvimos oportunidad de ser sacadas a bailar una lenta por un tío al que gustásemos de verdad vimos esa parte romántica de la diversión barrida, y se nos quedó en nuestra conciencia amorosa una asignatura pendiente. Yo nunca he perdido la esperanza de que vuelvan las discotecas que pretendían cierto glamour, con su marquesina, y que se llamaran Chic, con sus bolas de espejo, sus sofás, y esa oscuridad más que luz que te transportaba a otro mundo que nada tenía que ver con el ordinario ladrillo y cemento en el que se desenvolvía tu infancia y juventud. Pero ¿cómo puede volver algo de lo que nadie se acuerda?
Había otro motivo para que existieran las lentas. Aún en los 80 había mucha represión sexual, aparte de que los padres aún tenían autoridad sobre sus hijas aunque hubieran cumplido la mayoría de edad. En aquellos 80, en nuestra España, era muy raro ver a mujeres solas o con noviete, en la calle o en la discoteca, más allá de la 1 de la noche. El horario de la discoteca era más bien vespertino, se abría en torno a las 8 de la tarde y cerraban más o menos a la una de la mañana. Así que los que eran novios, o ese día habían empezado a serlo, sólo tenían las lentas para hacer lo que entonces se denominaba "magrearse", de un modo nada descarado. En aquellos entonces la virginidad estaba en alza, darse el lote con el novio en el sofá de la discoteca daba pie a que tu fama se fuera al traste, así como cambiar mucho de novio, o que estos te duraran poco. El baile lento tenía un sentido, porque como cualquier baile, se ha visto como un ensayo del acto sexual, una parte muy importante del cortejo, ¿pero en un mundo como éste, donde se te ofrece sin mayor dificultad sexo por doquier, qué sentido tiene bailar?
Antiguo o no, bailar lentas era como decía Sergio Dalma "es como estar bailando solos, corazón con corazón…".
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