Se supone que "Enamorarse" es un remake de "Breve Encuentro", lo cierto y verdad es que esta última casi es pornográfica al lado de ENAMORARSE, no porque en ella salgan escenas duras, sino porque la película es tan redonda que lo clandestino, la tensión y el miedo de los protagonistas traspasan la pantalla.
Todos los días nos ocurren cosas que nos cohibimos de contar por cualesquiera motivos, todo el mundo quiere oir algo bueno y bonito. Aquí escribo lo que quiero y si alguien quiere algo bueno y bonito que lo busque en otra parte.
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lunes, 27 de septiembre de 2010
Breve Encuentro Vs. Enamorarse o como un remake destroza el recuerdo de una buena película
Se supone que "Enamorarse" es un remake de "Breve Encuentro", lo cierto y verdad es que esta última casi es pornográfica al lado de ENAMORARSE, no porque en ella salgan escenas duras, sino porque la película es tan redonda que lo clandestino, la tensión y el miedo de los protagonistas traspasan la pantalla.
lunes, 20 de septiembre de 2010
Amistades perras VII: Bea e Ylenia
jueves, 2 de septiembre de 2010
Amistades perras VI
Hay personas con las que mantienes una amistad cuyo origen puede ser diverso, pero acaba desembocando en una amistad por unas circunstancias dadas aunque la relación partió de otra cosa. Estas personas, quizá por el vínculo al que te unen pretenden tener un derecho preferente e incluso intervenir en tus relaciones con otros seres humanos. Si les aclaras que no tienen ese derecho responden con que no se puede hablar contigo, recayendo en ti la carga totalitaria y dictatorial. Resulta que es más pecado informar de tus formas de actuar que un individuo quiera aislarte socialmente con su afán de exclusividad.
El amigo exclusivo: ejemplo 1
A y B se conocen.
B es una persona con muchas relaciones y amistades. A también conoce a mucha gente, pero no tiene una relación estrecha con nadie porque el trabajo tiene una turnicidad diseñada por un torturador chino, y la mayor parte de sus contactos van y vienen, se casan y no permanecen.
B intima con A. salen a menudo. B va descuidando a sus amistades y relaciones. Unas se distancian por propia voluntad, otras por motivos de cambio de centro de actividad.
B acaba viviendo y dependiendo económicamente de A. B intenta reanudar sus relaciones descuidadas, pero es imposible.
A no aporta sus relaciones. B acaba aislada.
B busca nuevas amistades en otros foros, pero acaba encontrando experiencias decepcionantes, cosa que A aprovecha para apuntalar sus razones en contra de buscar relaciones sociales sin tener en cuenta que el error de B es buscar en foros inadecuados.
Tras un tiempo B repesca algunas relaciones. A ha comprendido que nadie es perfecto, pero hay gente más perfecta que otra.
El amigo exclusivo: ejemplo 2
GA' y B se conocen prácticamente desde que nacieron. Son como el agua y el aceite y mantienen una relación tormentosa de idas y venidas. B acaba por comprender que la única manera de finalizar con el sufrimiento que le ocasiona su relación con GA' es dejarlo de hablar.
Pasa el tiempo, B y GA' por su antiquísimo vínculo se ven obligados a tratarse, pero GA' se olvida pronto de la sensibilidad de B hacia las tentativas de coartar su libertad de acción y de tomarse confianzas nunca concedidas.
GA' se empeña durante unas semanas en fiscalizar la relación de amistad de B con V. pregunta a V si habla a menudo con B. A B le censura que la llame primero o que quede con ella.
V desperdició un fin de semana en ir a ver a B porque ésta lo necesitaba, ante ésta misma petición GA' se niega: "Ese lugar donde vives no me llama".
Finalmente GA' alega un supuesto "derecho preferente" frente a V. B no entiende nada y no sabe si lo que GA' quiere es relacionarse con V y que V a su vez no se relacione con B, o que B deje a V en el dique seco basándose en un problema de V con una amistad de GA' que nada tiene que ver con B.
GA' quiere recuperar la amistad con S. S y V se enemistaron. S y B tenían la misma relación que B y GA'. B piensa que uno de los motivos por los que GA' se comporta así es que crea que si B recuperara su relación con S, él lo tendría más fácil, pero crea que S sería reacia a reanudar relaciones con B al tratarse B con V. Si este supuesto fuera cierto, lo que GA' ignora es que S por su orgullo y B por su desconfianza tienen una probabilidad entre varios millones de volver a reanudar su relación.
El problema de V y S: V tenía un amigo. El amigo se interesó por S. S y el amigo Y empiezan a salir. V por su amistad más profunda con S que con Y advierte a S de ciertas peculiaridades de Y. parece no pasar nada. S no traga a los amigos de Y, quizá porque les culpe de esas peculiaridades de Y. Y se cabrea cada dos por tres con S porque no quiere salir con sus amigos. Y se acaba desahogando con V y otros amigos comunes de ambos, éstos al verle tan mal y tan quejoso, y dado que no es la primera vez que se encuentra así sin saber que hacer le dicen lo que cualquiera en una situación así: si tan difícil es vuestra relación ponedle fin. Y vuelve a estabilizar su relación con S y por algún motivo le confiesa lo que sus amigos le aconsejaron. S se lo toma como un ataque y deja de hablar a su amiga de casi toda la vida V y de paso a todos los que tienen que ver con ella pese a que no han hecho nada. GA' hace pandilla con S y también retira el saludo a V y adlátere pese a que casi todos los días se cruzan.
V con el tiempo se arrepiente, viéndolo en la distancia se da cuenta de que debió mantenerse al margen. Lo que V ignora es que cuando una pareja decide aislarse de sus correspondientes entornos porque consideran que estos estorban o desestabilizan la pareja da igual que pretexto hubiese buscado S que también hubiera acabado alejándose. Si se añade que S es una persona que disfraza su pusilanimidad de orgullo jamás se producirá un acercamiento entre S y V.
Y es que formar una pareja no suele ayudar para conservar amistades. En un periodo del conocimiento de una pareja, en el que para evolucionar debes confiar sin realmente conocer a la otra persona, o dejar el pasado de la otra persona en un saco y tirarlo a un río para empezar de cero con ella una historia en común. Pero con el entorno amistoso pasado de esta persona interfiriendo en una relación, este "saco del pasado" puede salir a flote cada dos por tres y tambalear la frágil estabilidad de quien desea una pareja para toda la vida, con la que pretende tener hijos y dinero en común y forjar proyectos que requieren confiar para tener una seguridad y no sumirte en la desesperación que da la zozobra de un futuro incierto.
A ciertas edades tan tempranas y en ciertas personas que prácticamente se han criado en un invernadero decir ciertas frases no comporta para ellas un riesgo de perder una amistad, porque su ingenuidad e inexperiencia no les previene del peligro de que alguien coja esa frase aislada de un contexto y la use como arma para sacrificar amistades en virtud de una estabilización sentimental que peligra por celos, dimes y diretes.
Por otro lado sería bueno tener en cuenta que tal vez el objetivo de ciertas personas en la vida no es cultivar amistades, sino utilizar unas relaciones dadas para conseguir sus objetivos en la vida. Sin V, tal vez S jamás hubiera conocido a Y.
Amistades perras V
martes, 31 de agosto de 2010
Amistades perras IV
lunes, 30 de agosto de 2010
Amistades perras III
Hay amistades que surgen, pero ciertas peculiaridades hacen imposible su buen funcionamiento.
Una persona te puede caer muy bien, pero una característica suya perturba de tal modo que al final te acaba cayendo mal.
En la adolescencia es aún más difícil si ya lo es en la madurez decirle a un impúber cosas como “Súbete la bragueta”, “Depílate el bigote”, “Te huele demasiado el aliento” o “Se te nota la compresa”. Por tus propios miedos crees que vas a herir a esa persona, que se va a acomplejar, que incluso se pueda tirar desde el viaducto más cercano o que se ahorcará en los baños del instituto con los cordones de las zapatillas que su mamá le ha comprado en Los Guerrilleros. Es una visión tremendista, pero la adolescencia es un mundo aún más lleno de miedos que la infancia, donde nada se teme por que todo se ignora.
Una niña puede ser agraciada, tener un pelo sedoso, largo, ligeramente rizado en las puntas y rubia natural. Tener claros los ojos de un brillo cristalino y acuoso. Tener un físico si no agraciado al menos pasable. Pero tener una nariz que puede provocarle la muerte del loro, de esas que en la curvatura casi se adivina el color del hueso de lo tirante que tiene la piel. Todo esto agrada o no a la vista, pero con no mirar lo que incomode basta. Pero si se sienta a tu lado, y además es parlanchina hay un defecto insoslayable: el mal aliento. ¿Cómo le dices a una niñata que le canta el pozo de tal manera que parece que algo muerto debe tener dentro? Cuando te rindes ante la idea de no decirle nada por temor a causar los daños enumerados te empiezas a preguntar si ella misma puede aguantarse su propio olor. Si cuando acerca su mano a la cara cuando tose no percibe la fetidez que acompaña al aire expelido en la tos. Pero el mundo de los malos olores tiene algo mágico que es que sin saber por qué te acostumbras a ellos. Y el mundo sigue rodando. Hay cosas más difícil de sobrepasar en el comportamiento de esos que al ser compañeros se procuran deudas de amistad tratándote a menudo, haciéndote creer que eres algo más que un vecino de pupitre.
El contacto con la compañera fétida no se produjo hasta bien pasado el curso. Siendo repetidora y sentándote en la última fila a comienzo de curso cuando todo está lleno es difícil llamar la atención de nadie. Es lo más parecido a ser una apestada. Sólo otros repetidores como tú o adultos buscando aprobar su asignatura pendiente se acercan tímidamente a ti. O desesperadas que trabajan e intentan estudiar a la vez te piden los apuntes. De ese modo llegué a tener contacto todo lo que el trabajo le permitía con la que resultó ser vecina de la amiga fétida. La peña que es muy observadora, en especial la fétida acabó hablando conmigo entre clase y clase y me informó de su relación de vecindad con la peticionaria de mis apuntes, ésta sucumbió al trabajo y abandonó el curso, otros al desaliento y la clase acabó pareciendo más grande de lo vacía que estaba. Ya estábamos en el segundo trimestre, ya había habido notas y la repetidora no había desaprovechado el tiempo, cosa que ya habían advertido varios. Fétida tomó nota y acabó por sentarse con la repetidora. A la enemiga del elixir bucal parecía no preocuparle atender a las lecciones del profesor y no se cohibía a la hora de parlotear sin parar. La repetidora en su preocupación por no malgastar otro año de su vida le pidió que hablaran mediante notas. En una clase llegó a rellenar un folio entero de estupideces.
La repetidora había incorporado a su lista de contactos a una chica que se sentaba en las últimas filas con los chicos, más bien los chicos se sentaban con ella asediándola con sus continúas rogativas para salir con ella. La repetidora con el tiempo se enteró que en el curso anterior la niña mona y la fétida iban a la misma clase y la repetidora sólo encontró una explicación a que fétida no fuera amiga o más compañera de la niña mona: era mona y asediada por los chicos. Al final fétida, mona y repetidora llegaron a ir a cenar con otros compañeros por navidad.
En los exámenes finales de curso fétida hizo en el de matemáticas uno de sus números por el que un cierto docente dio en llamarle “MariNervios”, y es que al parecer cuando no aprobaba una asignatura sus padres iban a hablar con el profesor correspondiente a dar noticia de unas ciertas dificultades que tenía su vástaga para estudiar por sus nervios. Al final del examen cuando ya no había nadie la profesora de matemáticas se quedó a solas con la fétida marinervios y al poco supimos que había aprobado matemáticas con un 6 a la primera, sin recuperación ni nada, cuando siempre suspendía. Y es que claro, a la profesora había que comprenderla por un cierto padecimiento que tenía, ya que debido a él se solidarizaba con ciertas dificultades ajenas. Vamos un verdadero chantaje emocional, quién tuviera unos padres así, cuántos cates nos hubiéramos ahorrado y repeticiones de curso. Por no hablar de la capacidad dramática para dar botes en el asiento, escribir garabatos a toda velocidad, ponerse tiesa, abrir mucho los ojos mirando a uno y otro lado y tener la cara enrojecida mientras tiraba el boli en la mesa lo vuelves a recoger varias veces, etc. Todo un número.
A la fuente de tan distinguidos olores le dio por pensar que sería bueno invitar a la repetidora a su casa a hacer las traducciones de latín que mandaba el profesor. Para entonces las matemáticas eran tema superado ya que no eran obligatorias en ese curso. Pero en clase no se sabía.
Por sabe Dios qué, la olorosa amiga se empeñó en que la repetidora tenía que traducir para las dos, pero en casa de la repetidora, pese a ser advertida de que la casa no tenía comodidades para tal tarea “conjunta” ella se empeñó, por supuesto no volvió.
Un imprevisible obstáculo impidió que en el último curso se afianzaran más esos lazos. La repetidora que ya no lo era de esos cursos, tenía overbooking de citas para quedar a estudiar, a hacer trabajos de esto o de aquello, además la repetidora se echó novio, en parte gracias a la amiga fétida que al parecer estaba enganchada a la crónica de los amores imposibles de la repetidora y que contaba a sus amigas con las que salía los fines de semana y a sus hermanas. Un día de noviembre por empeño de su curiosidad acompañó a la repetidora a ver a su amor imposible y gracias a aquella visita el noviazgo acabó produciéndose. La repetidora le invitó a la boda de la que hizo una crítica basada en el pecado de no llevar corbata y otras cosas de las que se despacharía a gusto tomando el café al que fue invitada junto con otros asistentes a la boda por una compañera no invitada (la señorita del coche hasta los topes).
Capítulo aparte merece la del discreto olor bucal que podía montarte un buen pollo durante horas por decir que había quedado con unos chicos con los que se carteaba (entonces no se había popularizado Internet), pero no dudó en contar que en el viaje que hicieron a una capital europea la niña mona, otro compañero y ella, ésta había descubierto que los dos primeros se acostaban y que por ello tuvo que cambiarse de habitación.
Otro de los rasgos de la del discreto olor era que no llevaba bien que la repetidora se maquillara todos los días –dicho en voz alta al alcance de la repetidora: “qué dejarán para el fin de semana”, la repetidora no tenía fines de semana-, ella lo hacía el fin de semana y una admiradora suya no dudaba en alabarla ante la repetidora en una actitud propia de una enamorada que ensalzaba su pelo suelto –entre semana lo llevaba siempre recogido mojigatamente- y lo bien que se maquillaba, varios lunes a la salida de clase fue obsequiada con estas descripciones propias de un afectado por el Síndrome de Stendhal.
Tras casarse la repetidora e irse a la “uni”, la amiga del maquillaje de fin de semana SOLAMENTE, repitió COU, tras un par de visitas sólo hubo silencio. Una vez la repetidora preguntó a la niña mona qué pasaba y la repuesta no pudo dejar más perpleja a la repetidora. Ofendida e injuriada la repetidora sólo vio a fétida en compañía –AL FIN- de un chico con gafas a través del escaparate de una tienda de calzado. Fétida tras advertir la presencia de la repetidora bajó la cabeza y empezó a enrojecer. Nunca más se supo.
Nota: Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
domingo, 29 de agosto de 2010
Amistades perras II
Descripción somera de hechos:
A llega tarde al curso
A hace aproximaciones al delegado y su entorno.
A es eximida de hacer los exámenes de la primera evaluación por haberse incorporado tarde y los hará a vuelta de vacaciones de Navidad.
A pide apuntes a diestro y siniestro, entre otros a B.
Tras las notas A se sienta junto a B cuando la compañera de B no está.
A propone a B hacer el trabajo de literatura sobre "Luces de Bohemia" conjuntamente para lo que A invita a B a comer a su casa porque según A ella no ha leído nunca un libro porque siempre tenía amigas que le hacían el resumen, debe ser por eso por lo que se ha tirado 9 años para llegar a COU.
B hace el trabajo y antes de entregarlo A advierte al profesor que A y B han hecho el trabajo conjuntamente.
El profesor califica el trabajo de B a la baja cuando suele ponerle más de notable y en el último examen sacó un 10.
A empieza a invitar a B a su casa a estudiar para que le explique cosas que no entiende.
A intima con un profesor y se descarga con B.
A hace una cena de fin de curso al margen de muchos alumnos a la que van profesores. B no va porque le han invitado a otra y acaba por no ir a ninguna.
A queda con B para ir a los exámenes de Selectividad y para estudiar en su casa la noche que media entre los días programados para los exámenes.
Tras la Selectividad, B nada sabe de A, sólo que pensaba hacer una diplomatura donde vivían sus padres en lugar de hacerla en la universidad de la provincia dónde vivía con su marido.
B va a matricularse en la Universidad de una capital a 50 Km. de donde vivía anteriormente, siente el impulso de llamar a A para ver como le va todo.
Casualidad: A va a matricularse en la misma carrera y en la misma Universidad que B. Quedan por tanto para verse en la cola.
A y B quedan durante el verano algunas veces junto con sus parejas.
A confiesa a B que le dice a su familia que B es su diosa "de los estudios", se supone que eso quiere decir que es su modelo a seguir.
B ofrece a A y su pareja ser los padrinos de la boda y A se niega aunque sí va a la boda. B se lo ofrece porque en cierto modo A evitó que B rompiera la relación y en una discusión derivada del disgusto de la familia del novio de B por que B estudiara A se presentó a tranquilizar la situación.
A invita a B y a su novio a la casa de sus padres, allí sin venir a A dice que B sólo es una compañera en el transcurso de una conversación que A tiene con el que fuera su profesor de autoescuela con el que según confesión de A a B tuvo un rollo.
B empieza a sucumbir a los problemas derivados de casarse en contra del gusto general –familia política y sorprendentes aliados de ésta-, le están haciendo a B y a su pareja "un Romeo y Julieta"; empieza a faltar a clase.
A ya no le guarda el sitio y B descubre que A se sienta y ha estrechado lazos con el delegado y su entorno.
Un día a B le pide una alumna ayuda para completar sus apuntes perfectos de letra enorme aunque diáfana y preciosa. B se queda al finalizar las clases con la chica para que los complete ya que aunque B coge todo, la letra de apuntes de B es ilegible y tiene que traducir.
A empieza a meter prisas a B para irse porque pierde el autobús. B le dice que se vaya sin ella. A dice que la espera. Al irse A regaña a B por ayudar a la chica (leer más arriba porque A se acerca a B).
B cada vez falta más a clase, pero A no parece advertirlo ya que ni le llama.
Vienen los exámenes. B se presenta y descubre que A no está. A dice que los está haciendo en otro aula con el delegado y gente afín. B sólo hace ese examen que es para el único que consideró estar preparada.
Un día A llama a B. Tiene una asignatura atragantada y necesita que B se la explique. B dice que no puede. Ya no vuelve a haber contacto. B no vuelve a la Universidad y no quiere saber nada.
Un día yendo al rastrillo B se encuentra a A, intenta pasar de largo, pero A retiene con su saludo a la pareja de B. B escucha lo que tenga que decir mientras observa que va con una chica alta, gruesa, con el pelo muy largo, peinado con una coleta que le recoge un tercio del pelo en la nuca. Una chica normal, de apariencia humilde y a B le parece que es una chica inteligente y empollona sin mucho mundo. Seguramente con los dieciocho años recién cumplidos. B se ve reflejada en esa chica.
A informa a B de que ha aprobado el único examen al que se presentó, B aparenta no darle importancia. La pareja de B le anima a ver la nota, que seguro es raspada y así es aunque se aprecia un borrón abajo como si antes se hubiera puesto otra cosa, quizá le habían suspendido en un principio.
Al cabo de los meses B encuentra un lugar estable en el que vivir, pone el teléfono y pasado el disgusto llama a A para ofrecerle el teléfono. A informa a B: "no lo necesito". B le da las gracias y cuelga. B no vuelve a saber nada de A, A como queda claro no quiere saber nada de B.
Tras esta narración sucinta de hechos:
A = ¿…?
Nota: Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.